lunes, 26 de julio de 2010

Valdezuela

Dedicado a María Naznar,
Danna Balda
y Jessica Márquez


Ya en Talca. Tras cuatro horas de viaje en bus invertidas en mi vecino de asiento, Jorge, deseaba ahora dormir. Pero para en esta escala los pasajeros cambiaban. Una chica me pidió si podía sentarse al lado. Retiré mi bolso y sonreí sin mucho esfuerzo. Quería estar sola, quería que viera los mil puestos vacíos y escogiera otro, pero.

-¿Tienes mucho rato viajando? - inició.
-Sí, desde Santiago, unas cuatro horas, estoy ya cansada.
-Yo voy a Valdivia a ver a mi familia. ¿Te gusta viajar?
-Viajar. Bueno, realmente no sé. Sí y no.
-A mí me faltan ocho horas.
-Peor que yo, pero apuesto que no tienes encima un viaje laaaaaargo de países.
-No. ¿De dónde eres?
-De Venezuela.
-¿Dónde queda?
-¿Sabes cómo es América?, como así, como una mujer.
-Sí, sí.
-Bueno, sabes que arriba es ancho, luego se va poniendo angosto por Centroamérica y luego se vuelve a abrir hasta abajo, por acá por Chile, pues Venezuela es cuando se vuelve a abrir, por acá, al norte del la parte sur.
-Um, ¿y has ido a otros países?
-Sí, a Chile, a Argentina, a Italia, ¿tú?
-No, sólo Chile.
-¿Qué país quisieras conocer?
-Um... No sé, muchos.
-¿Qué país no quisieras conocer?
-Japón.
-¿Y por qué, cómo no te llama la atención?
-Es que tiembla mucho allá.
-¿Viviste muy feo el terremoto?
-Sí, pero todos bien.

Silencio.

-¿Cuáles es tu materia favorita? - continuó
-Creo que literatura, ¿la tuya?
-Ciencias de la naturaleza.
-¿Por qué?
-Porque me gusta conocer el mundo y los animales.
-Qué bonito, ¿y no te gusta leer o escribir?
-Me gusta escribir, pero no tanto leer.
-¿Qué has leído?
-Sólo las cosas del colegio. Una amiga mía dice que me gustará leer cuando dé con un buen libro.
-Creo que tiene razón, ¿cuál es tu signo?
-Cáncer, ¿el tuyo?
-Aries, ¿cuál es tu color favorito?
-Verde, ¿el tuyo?
-También, ¿qué es lo que más te gusta de vivir?
-Um... - Se muerde la boca.
-Sí, así, entre tantas tantas cosas ¿cuál es tu favorita de la vida?
-Mi familia, tengo una buena familia.
-¿Qué más?
-No sé, es lindo vivir. - Sus ojos brillan un poquito.

Pasa el empleado del principio, piendo los tickets de los nuevos pasajeros. Me ve y me sonríe, ya conoce mi destino.
-¿Señorita? - dice hacia mi interlocutora. Ella le entrega su boleto.
-¿Nombre?
-Tal.
-¿Apellido?
-Huenchumilla
-¿Teléfono de emergencia?
-Tal.

Ido, pregunto:
-¿Huenchuqué?
-Huenchumilla.
-¿De dónde viene tu apellido?
-No sé bien, pero es indígena.
(Varios)
-¿Tienes facebook?
-Sí, ¿tienes para anotar?

Anotamos.

-Bueno, te pongo una tarea. Nos debemos agregar al facebook y mandar por mensaje, por inbox, la tarea. A ver. Tú tienes que escribir sobre el origen de tu apellido.
-¿Y tú?
-Sobre lo que tú digas.
-Bueno, um... sobre cómo te pareció Chile.
-Ay, bueno, muy bien.
-Pero y cómo escribo el mío.
-Ok intentemos, vamos a hacer uno juntas como ejemplo. A ver, a mí Huenchumilla me suena a hueco y millas. Comienza así, un indio va corriendo millas y millas cuando se distrae y blup, cae en un hueco, ¿cómo lo sacamos de ahí?
-No sé, ¿qué hay alrededor?
-Árboles, ah, ¡pero hay una vaca! ¿Cómo puede ayudar la vaca?
-Puede ir a buscar a un campesino.
-Es verdad, pero acuérdate que las vacas no hablan, ¿cómo hacemos para que la vaca comunique que hay un indio en peligro?
-Quizás si va muy impaciente y dirige...
-Bien, pero hay que darle una señal al campesino, vamos a hacer que la vaca lleve en la boca algo de un campesino.
-¿Algo de su vestuario?
-Eso es perfecto, bueno, el indio le da la, ya sé, la pluma a la vaca, ella recorre caminos y caminos con la pluma hasta dar con la casita de un campesino. El campesino está afuera y ve a la vaca impaciente con una pluma en la boca, el campesino sigue entonces a la vaca en el camino de vuelta. Llegan y ahí se encuentran el campesino y el indio. El segundo pide ayuda pero el primero no había traído nada para sacar al indio, ¿cómo puede hacer?
-No sé, ¿cómo?
-Um, se me ocurre que puede echar más tierra al hoyo. Así el indio va subiendo de nivel, ¿ves?
-Sí, sí, que lo haga.
-Um, no hay pala, pero vamos a intentarlo. Nuestro campesino cava y cava y hace un hueco grande, pero no es suficiente. La tierra que ha cavado para sacar al indio no lo eleva lo suficiente para sacarlo. Está cansado y el indio tiene ya muchas horas atrapado.

-¿Entonces qué hacemos?
-Pensemos, pensemos, ¿qué puede haber alrededor que nos puede ayudar? Ya sé, ¿viste Tarzán?
-¡Sí, es verdad, puede usar las lianas!
-Eso, perfecto, pero hay un problema. Allí, ves, hay un mono protege celosamente sus lianas.
-Démosle bananas.
-Ok, vamos entonces por las bananas. El campesino va y camina horas hasta encontrar el arbol de platanos. Coge varias y regresa.
-Y listo, lo recoge con ellas.
-No, es que no te fijaste de algo. El que nos molestó antes fue un mono, ¡pero hay decenas más! ¿Cómo le hacemos?
-Ay, ¿tenemos que buscar más?
-Yo creo, pero escucha bien, ¡tengo un plan! Vamos por más y más bananas, caminamos y caminamos y con ayuda de la vaca cargamos muchas muchas bananas.
-Sí, para que no protesten.
-Sí, pero escucha bien, los monos no son fiables, pueden venir más y demorar el rescate, o bien pedir nuevas condiciones para pedirnos las lianas.
-¿Y cómo evitamos eso?
-¡Pues ese es el plan que te decía! Escucha, volvemos entonces con las bananas y convocamos a los monos. "Vengan todos, vengan todos".
-Que vengan, que vengan.
-Y vienen, tenemos muchos muchos monos alrededor. Lo que hacemos entonces es que nuestro campesino da las bananas, pero no así, entregándolas, sino las echa al hueco que con sus manos cavó. Y allí se lanzan todos. Zum, tras, plás. Y así, mientras los monos comen, tomamos varias lianas, las amarramos y así sacamos al pobre indio, ¡vamos! Y se van los tres, el indio, el campesino y la vaca, antes de que los monos terminen de comer y salgan de su hoyo.
-Qué bueno, qué bueno, ¿entonces escribo eso como tarea?
-No, no, tienes que construir otra.
-¿Y tú?
-Bueno, yo escribo que escribo, que una niña, Valdezuela, encontró a esta otra, Huenchumilla. La una tenía veinte y tres paquetes de 365 días, mientras la otra tenía 12 paquetes. Y a pesar de los pesares de un viaje entre otro, armaron una historia que engranaba dos visiones. Escribieron con sus palabras enminutadas un espacio en el tiempo que las reunió hacia el futuro. Nunca reunidas, quizás nunca agregadas a encuentros virtuales, se encontraron siempre en sus memorias. Después de todo, no todos le preguntaban a Huenchumilla qué era lo más más favorito de vivir, y no todas las cosas le confirmaban a Valdezuela, que de verdad verdad que la realidad vale todas las penas. Que aunque sean pocos, los instantes -como las amistades- así, le dan valor a los paquetes anuales. Y así así así cierro esta historia abierta, continuante.

3 comentarios:

Samar Yasmin dijo...

Que lindo Gaby! :) me gustó mucho!

Anónimo dijo...

Está bonitoooooooooooooooooooo!!!! me reí mucho con lo del apellido, de verdad :D

Gaby Jr.

Jessisrules dijo...

Me gustó mucho Gaby, de verdad. Te imaginé totalmente. Te extraño sabes?