domingo, 28 de marzo de 2010

Reglas de los fines de semana

“¿Qué demonios hago YO un sábado AQUÍ?” o “Es domingo ah...” son las célebres frases de los fines de semana. Puede que alguien sin oficio (como yo) se pregunte el porqué de la preferencia hacia los sábados, he aquí las razones:

• Los sábados son buenos porque, si vas a un espacio abierto, todo está funcionando como debe ser.

• Los domingos son buenos porque... eh...

• Los sábados son buenos porque los centros comerciales tienen TODO, y no cabe la posibilidad de que entres a Wendy’s y te digan “No hay papas fritas ni pan grande”.

• Los domingos son buenos porque... Dame un momento, ¿Sí?

• Los sábados son buenos porque hay funciones de cine decentes, y en la cola de la dulcería no esperarán hasta que llegues a la caja para decirte “¿Qué refresco quieres? Sólo hay Coca-cola”. Ok, tratare de que no todo se enfoque en comida.

• Los domingos son buenos porque... Hm... ¡Algo bueno deben tener!

• Los sábados son buenos porque es posible que te encuentres una fiesta en una plaza, un evento o una feria.

• Los domingos son buenos porque... ¡Lo encontraré, lo sé!

Esto SEGURO no te pasa un sábado.

• Los sábados son buenos porque puedes quedarte EL DÍA ENTERO en cama y no preocuparte de tener que hacer algo al siguiente.

• Los domingos son buenos porque...Espera... Creo que me estoy rindiendo.

• Los sábados son buenos porque no hay desabastecimiento en tecni-ciencia libros; esto tiene sus excepciones, claro está. Y, bueno, hay que admitir que hay otras tiendas. Ya.

• Los... domingos... Ya ni fuerza tengo.

• Un sábado nadie te dirá que no tiene tiempo; esto TAMBIÉN tiene excepciones.

• Los dom... ah ¿Ya para qué? Sal un sábado, es mejor y punto.

Enseriándome, creo que los domingos sí tienen algo bueno. Ese algo es que podemos quejarnos de ellos, y pues, creo que después de todo me gustan más los sábados; tengo preferencias. La televisión también, ¿No se han preguntado porque “Saturday night live” o “Sábado sensacional”? Yo no, pero es una buena pregunta...

Oh yeah :D

sábado, 27 de marzo de 2010

Imágenes


Imágenes de un tren: mis recuerdos del viaje de Letras a Litros

A Letras a Litros
Una aventura compartida

Por Jessica Márquez Gaspar

Si a estas alturas no se han dado cuenta, es porque están ciegos. Soy sensible, emotiva y tengo muy buena memoria, una combinación terrible. Estuve pensando en Gaby y su partida y este pequeño corto, como las imágenes captadas desde un tren en movimiento, me impregnaron la mente por un buen rato. Comparto con ustedes el desfile de sensaciones y momentos.

1. La primera reunión general en los Chinos de Chacao. Tomamos, conversamos, pensamos en el nombre. Víctor nos llevó al local y se volvió nuestro. Empezamos a conocernos aquel día. Gran inicio. Me quedo con las risas del momento, las frases olvidadas entre la superposición de temas, y un gusto final a cebada. Aún no sabíamos los resultados del concurso, la expectativa caminaba por la mesa.


y así... una leyenda comienza



2. Una mañana temprano estábamos todos en el Centro de Arte La Estancia. Yo y mi ratón fuimos porque queríamos estar ahí, a toda costa. La grama muy verde y la mañana algo fría me llenan. Inventamos pautas locas sacando papelitos de bolsas. Comimos en los Chinos a unas pocas cuadras. ¿Jefe? Más risas. Sesión de fotos callejera. Cayó la tarde y tuvimos que dispersarnos. Gaby, Samar y yo dormimos la siesta en el Parque del Este. Una sensación de paz que tenía tiempo no me recorría el cuerpo.


Profundos pensamientos...!



3. El León. Gaby y sus ojos verdes, que impresionantes. Una conversación muy agradable con birras por delante. Los espacios abiertos de Chacao. El pulso de la movida nocturna caraqueña. Compartimos confidencias sobre nuestras vidas amorosas. Hablamos de proyectos, del futuro. Éramos ya grandes amigos.

4. En algún momento almorcé con Gaby en Burger King y después nos sentamos a conversar en el San Ignacio. Recuerdo su interés maravilloso y la nostalgia que marcó aquel día, por diferentes razones. Era una amistad tangible.

5. Me encontré con Noe en la UCV y nos tomamos un café. Conversación. Chistes picantes de Noe, cursilerías de mi parte. Me reí horrores. Proyectos, proyectos. Mucho trabajo. Discusión ideológica. Conversación de mujeres.

6. Friday`s y unas hamburguesas. Hacía frío y no me quería quitar el sueter. Un mesonero nos tomó la foto. Mo contaba su intento de dar clases en bachillerato y su huída absoluta. Nos deseamos Feliz Navidad. Teníamos tiempo que no nos veíamos y extrañaba aquello.


We look good or what?


7. Parque del Este, junto al Planetario nos sentamos en la grama. Propusimos nombres y hablamos del grupo. Hicimos una votación, incluso con los que no estaban. Muchas burbujas. Muchas. Era en la tarde y el parque estaba vacío. Jugamos Stop Literario. Una hermosa luz. Fotos. En estos días encontré aún los papelitos de aquella votación. Nuestro nombre emergió: Letras a Litros.


Burbujas, burbujas



8. Comemos en Mc Donalds, cada quien tiene sus gustos. Gaby con la mayonesa. Mo pidió una cajita feliz porque quería el muñequito. Yo me moría de hambre. Papitas. Hacía frío. Manuela nos acompañó.

9. Un rincón de los Chinos de Chacao. Muchas birras. Hicimos una sesión de fotos en pleno discurso, las fotos son comiquísimas. Más conversación sobre el grupo. Yo llevé la minuta (muy mal porque estaba tomada). Tengo una libreta llena de anotaciones de Letras, la guardo con cariño en una gaveta. JL tenía propuestas, como siempre. Una, dos, tres birras. Botellas vacías. El televisor tenía puesto un canal chino (que no sabía que se podía ver en Venezuela).


¡Recuerden que estaba tomada!


10. Leo y Víctor que fueron a mi cumpleaños. Eso rockeo. (Este año los espero a todos sin falta). Tomamos horrores, hablamos burda. Todo borroso. Nos quedamos dormidos en el carro de mi papá de regreso a nuestras casas. Se me acabó la adolescencia: me alcanzaron los 20.


Tres escritores tomando

11. Las conversaciones por Facebook y los comentarios en el blog. Las imágenes expresivas de Víctor, las salidas de Noe, las apariciones repentinas de Guille. Las opiniones. La sinceridad de todos. El compartir nuestros textos. Generosos halagos.

Por último, la despedida de Gaby. Cultura Chupística y los nachos. Gaby quería hacernos llorar. Abrazos. Fotos (¿Por cierto quién las tiene y por qué no las han montando en FB?), el viaje en carro. Guille imitando al Presidente. Noe que me escribió un mensaje: chama creo que estoy prendida. ¿Cómo entramos todos en el carro de Robi?. Samar que comió picante. Las birras. El Adiós.

Tal vez esto sea incomprensible. No lo sé. Me comprometo a trabajar como Piñera que soy porque Letras continúe. Porque me llena las horas, porque me llena el alma de historias. Y la mente de recuerdos. Gracias por todo. Ha sido maravilloso.

Decálogo Bravo

Por José Leonardo Riera
¡Bravo si lo cumples! Y sino, me pongo bravo.



1. El destino existe, créelo. Cuando te vaya mal, piensa que es una prueba del destino. Cuando te vaya bien… ¡Qué diablos! ¡Es el destino también! Ser feliz es tan fácil como decidirlo.

2. Más que intentar, debes ser. El que intenta pasa su vida haciéndolo y, en ocasiones, fracasa. El que ES, puede que tenga razón, y si no, “mejorando”, será.

3. ¿Cómo ser un escritor y no morir en el intento? Intenta morirte. (Favor aplicar ley dos).

4. Hay gente que vive pensando en la muerte. Haz todo lo contrario. Todo.

5. La única forma de sobrevivir es el camuflaje. En el mar, los animales más grandes y peligrosos (y que, por cierto, no tienen camuflaje) mueren en manos del hombre (y viceversa). Mientras unos se pelean por “ser salvajes y peligrosos”, y otros se pelean por “ser humanos”, sólo los animalitos camuflados sobrevivimos.

6. Los peores vicios, si quieres saber superarlos, debes saber tenerlos.

7. En cuestión de imagen, uno de los hombres más famosos de la historia era un desnutrido. El otro, era un gordo (gordo de una forma ignorante). Si estás flaco, se quejarán por ver tus huesos. Si estás gordo, se quejarán porque no se ven. Sé gordo o flaco, pero sonríe.
8. Cuando Dios nos quiso dar la vida, inventó a la mujer. Cuando nos quiso dar amarguras, inventó a la mujer. Cuando nos quiso dar placer, inventó a la mujer. Cuando nos quiso dar competencia, inventó a la mujer. Si tienes una vida sin mujeres ¡invéntalas!

9. Si quieres alcanzar algo, trabaja. Si quieres tener algo, trabaja. Si sueñas lograr algo, trabaja. Si trabajas, descansa algo.

10. Si crees en el destino, en ti, en Dios, en el hombre, en la mujer, o en tu santa cerveza de los fines de semana, no tienes por qué creer en este decálogo. Nunca le hagas caso a nadie (aunque si no le haces caso a nadie, me estarás haciendo caso a mí ¿se entiende? ¡Yo tengo el poder supremo! *Risa malévola*).

Se repite en esto el ejemplo de la séptima ley. Podemos añadir otros: Si eres hombre y consigues muchas mujeres eres un maldito perro sucio mujeriego, y si no buscas mujeres eres un maldito perro sucio maricón. Si tienes logros y los proclamas eres un maldito bocón, si no tienes logros, eres un maldito fracasado. Si montas cachos, eres un maldito perro sucio (también), si te lo montan a ti… eres un pendejo. Chamo, mejor no sigo. La premisa es que tú decides lo que ERES. No importa nada más.


Nota del autor: Este decálogo (y sólo él) es machista. Si eres una fémina, la onceava ley es que lo leas pensando que eres un hombre.

viernes, 26 de marzo de 2010

7 Héroes de Acción Reales (Que Dejan A Los de Hollywood en Vergüenza)

(última parte)

Lachhiman Gurung Demuestra Por Qué En El Barrio Le Dicen “Jarrcorr” Cuando 200 Tipos No Pueden Matarlo.



Perdón, ¿quién?:

En mayo de 1945, Lachhiman Gurung formaba parte de los famosos Gurkhas, las fuerzas más elitistas en el ejército de India, durante la Segunda Guerra Mundial, sirviendo bajo dirección británica. Nuestro héroe estaba felizmente descansando en su trinchera cuando se oyó el grito de ataque de 200 soldados japoneses, dispuestos a liberar la furia de Dios en todo el que se les opusiera. Como prueba de que iban en serio, arrojaron varias granadas a la trinchera, cayendo tres de ella sobre Lachhiman. Ahí fue cuando descubrió un inesperado talento para los malabares.

Así, pero con bombas.

Gurung devolvió dos de las granadas y la tercera le explotó en la mano mientras él la sostenía. El impacto le destruyó el brazo, le quitó todos los dedos de la otra mano, le hirió severamente el rostro, el torso y una pierna. Con todos sus compañeros muertos, se quedó mirando mientras el ejército japonés marchaba hacia él. Este es el momento de pedir cacao, ¿no?

Y Rambo Se Quedó Pendejo:

No. Casteando Blood Lust en sí mismo, Lachhiman cogió la bayoneta de su rifle Gurkha y, mientras los enemigos se le acercaban, los fue matando uno por uno. Durante. Horas.

Cuando le avisaron al oficial japonés que un tipo medio ciego y con un solo brazo estaba matando a sus soldados con un cuchillo, el oficial se puso de pie, dijo “ya vengo”, subió a una montaña y contó hasta diez, muy, muy lento. Cuando volvió, dijo “eh… cáiganle a tiros a ese carajo, por favor.”

Dramatización.

Nadie sabe realmente cómo Lachhiman soportó la carnicería, pero cuando llegaron los refuerzos, los japoneses se habían retirado y había 31 soldados enemigos muertos a punta e’ cuchillo. Como si necesitara algo más que le diera el status de “real hardcore motherfucker”, lo primero que dijo cuando le encontraron fue “me molestan las moscas en el muñón.” Nada de “¡Por dios! ¡Tengo un muñón!” Sólo “quítame las moscas ahí, marico.”

Probablemente con esta cara.


Yakov Pavlov Hizo Algo En La Vida Real Que A Los Demás Nos Cuesta Lograr En Un Videojuego.


Perdón, ¿quién?:

¿Tú te acuerdas de la misión rusa en Call of Duty donde tienes que defender a una casa de un poco de nazis que avanzan? ¿Te acuerdas que esa misión es casi imposible y que los nazis salen de todas las esquinas? ¿Te acuerdas de que gritaste “¡pero COOOOOÑOOOOOOO, UNO NO PUEDE PASAR ESTA MALDITA MISIÓN, DENME PAZ, CARAJO!” porque tenías enemigos disparándote de todas partes?

Bueno.

Esa vaina pasó de verdad.


Durante la Batalla de Stalingrado (sí, la batalla más sangrienta que ha visto el ser humano –el estimado de vida para el soldado raso era de un día, tres días para un oficial), Yakov Pavlov, un sargento soviético, tomó control de un edificio residencial de cuatro pisos y fijó la determinación de que ese sería el fuerte en el que resistirían hasta que llegaran refuerzos del Ejército Rojo. La noche del 27 de septiembre de 1942, las fuerzas nazis iniciaron el ataque. Los refuerzos no llegarían sino hasta dentro de dos semanas.

Y Rambo Se Quedó Pendejo:


No es que Pavlov era un sanguinario bárbaro perfecto para el papel, sino que ya no quedaban oficiales para llevar a cabo esa operación. En la primera noche, durante la cual el dominio de la casa cambió de manos varias veces, Pavlov sobrevivió el ataque y retuvo el fuerte, con sólo 30 soldados vivos en su tropa. En las semanas siguientes, recibirían refuerzos locales y el número total quedaría en 25 soldados.

Bastante peor que esto.

Pavlov dio órdenes de que la casa estuviera protegida con un campo minado, alambres de púas, ametralladoras en todas las ventanas, dos dragones y diez sacerdotes medievales guerreros. En el techo del edificio había un arma antitanque que el mismo Yakov usó para atacar a las hordas enemigas. Las comunicaciones con los cuarteles era rudimentaria y la comida era constantemente escasa. La batalla era día y noche, con un campo de soldados muertos alrededor del edificio. Los alemanes atacaban varias veces al día y, para mediados de noviembre (tras los cuales no se acababa la carnicería), los tiros eran de un piso a otro, de la ventana al exterior y los soldados rusos tenían que mover a los cadáveres enemigos para que no fueran usados como cubierta por las nuevas hordas.

¡Y ahora una foto de un perrito, para pasar la masacre un rato!

Por fin, Pavlov retuvo el fuerte desde el 22 de septiembre hasta el 25 de noviembre de 1942, cuando arribaron numerosas tropas soviéticas y los alemanes se vieron forzados a retirarse. Fue condecorado como “Héroe de la Unión Soviética” y, según, más soldados alemanes murieron tratando de tomar “La Casa de Pavlov” que defendiendo Paris. Actualmente, Pavlov es conocido con su nombre artístico, “Chuck Norris.”

Yogendra Singh Yadav Obviamente Significa “Avatar Indestructible Del Infierno.”


Perdón, ¿quién?:

En mayo de 1999 empezó lo que ahora se conoce como “La Guerra Kargil,” un conflicto entre India y Paquistán. Entre las fuerzas hindúes, se encontraba un joven de 19 años, Yogendra Singh Yadav, que, debes sospechar, es un carajo arrechísimo, o su nombre no estaría en el título. El 4 de julio de ese año, el batallón en el que se encontraba recibió la orden de capturar tres bunkers en la Colina del Tigre, que, en realidad, es una montaña gigantesca recubierta de hielo. Iban a jugar fu manchú a ver quién era el que iba de primero escalando la montaña bajo fuego de ametralladora, cuando Yadav se ofreció. Voluntario, papá.

Y Rambo Se Quedó Pendejo:

Cuando iban trepando a mitad de camino, descubrieron un factor sorpresa: los pakistaníes tenían misiles. La mitad del pelotón rodó (incluido el comandante), en lo que debió de haber sido un juego de tiro al blanco muy entretenido para los pakistaníes, hasta que Yadav llegó a la cima.

Recreación de lo que sucedió a continuación.

Herido de bala tres veces ya, Yogendra gritó, según fuentes que estoy inventando, “Maldito Daddy YANKEEEEEEE” y se precipitó corriendo a un bunker que le estaba disparando, hasta estar en rango de lanzamiento. Arrojó una granada por una de las ventanas y, dos segundos después, todos en el bunker habían muerto. Este acto permitió el escalamiento y supervivencia del resto de los soldados hindúes, que sin duda, se quedaron paralizados de asombro mientras el segundo bunker le disparaba, le pegaba, y él se metía adentro, matando a tres soldados en combate cuerpo a cuerpo.

Un soldado hindú.

Parece que uno de los colegas de Yogendra le dio un lepe a otro y le dijo “¡vamos, vamos, güevón, que lo matan!” y todo el pelotón respondió en concordancia, dominando con facilidad al tercer bunker.

Por sus actos en combate, el gobierno hindú le otorgó a Yadav la medalla “Param Vir Chakra” póstumamente, la más alta condecoración que se entrega en las fuerzas armadas de ese país… y fue ahí cuando alguien se dio cuenta de que Yogendra seguía vivo, volviéndose parte de una minoría en la que se recibe la condecoración tras morir en el acto meritorio. De acuerdo a la descripción de la Param Vir Chakra, sólo se entrega esta medalla cuando alguien “traspasa el llamado del deber en un acto considerado imposible de ejecutar en la vida cotidiana.” ¿Leíste eso bien? Como alguien más dijo, “tienes que romper las reglas de la realidad sólo para ser candidato.

7 Héroes de Acción Reales (Que Dejan A Los de Hollywood en Vergüenza)

(primera parte)

Alvin York Hace Que Un Batallón Se Rinda, Tras Mostrar Sus Gigantescas Bolas.


Perdón, ¿quién?:

Alvin C. York, un soldado americano que, tras años de juerga, ron y mujeres, se metió a pacifista, una elección que no tiene nada de criticable, excepto que para el momento en el que lo hizo, el Archiduque Franco Fernando acababa de ser asesinado en Sarajevo, empezando así la Primera Guerra Mundial. Empieza la recluta, Alvin es llamado a servicio y, como buen pacifista, se niega. Los superiores se miraron a las caras y, tras discutir el ilimitado potencial humorístico de un pelotón con un tipo llamado Alvin, lo reclutaron igual.

Casi todos los chistes que pensaron giraban en torno a ardillas.

Alvin, no obstante, seguía obstinado en su afán contra la violencia e hizo falta discusiones filosóficas y estudios de la Biblia para que el tipo viera que la guerra podía justificarse. O sea, hablamos de alguien que no tiene perfil de guerrero. Trata de recordar esto.

Y Rambo Se Quedó Pendejo:

La táctica corriente de esta guerra era hacer trincheras y desde ahí, atacar, así que una trinchera con ametralladoras era asunto serio. Por eso mandaron a “Alvin y las Ardillas” a flanquear un nido de ametralladora. Rodeado. De. Alemanes.

Retratado: Lo que quedó del pelotón de Alvin.

Viéndose ridículamente superado en número, Alvin hizo lo que cualquiera de nosotros hubiese hecho: se echó al suelo y empezó a disparar. Contando con que eran más de cien soldados enemigos, me equivoco. Nosotros hubiésemos corrido.
Alvin mató a 32 equipos de ametralladoras, cosa que llevó al oficial Alemán a replantearse la estrategia. Lo flanquearon y mató a 28 soldados más. Viendo las circunstancias, el mismo oficial alemán, Paul Jurgen Vollmer, salió a decirle “Por dios, si dejas de disparar, nos rendimos.” Alvin volvió a la base reportando que “se presentaba con prisioneros.” 133 prisioneros.
"¡Gangsta, marico, gangsta!"


Richard Sorge Descubre El Día De La Invasión A Rusia, Stalin Se Come Sus Palabras.


Perdón, ¿quién?:

Tras haber servido en la Primera Guerra Mundial y haber salido bastante malherido, el alemán Richard Sorge adoptó la filosofía marxista y decidió que unas heridas incapacitantes no se iban a meter en su meta de ser, en sus propias palabras, “el negro por el que todas las negritas se babean.” Huyó a la Unión Soviética y se hizo espía soviético.

El tipo viajó por toda Europa y parte de Asia asumiendo especialidades bastante diversas: periodista, experto en agricultura, botánico, maestro. Viajando a Berlín, se volvió experto en la ideología nazi. Dadas sus tensiones en el trabajo, había desarrollado una dependencia en el alcohol, que posteriormente abandonó en seco durante su estadía en Berlín, como prevención a que el alcohol le aflojara la lengua. Lejos de levantar sospechas entre sus “camaradas” nazis, las excusas que dio le hicieron ver como un tipo dedicado al ideal hitleriano y sólo sirvió para acrecentar la admiración que ya sentían por él.

"¿Que deje el alcohol? ¡No seas tú tan GÜEVON!”

Y Rambo Se Quedó Pendejo:

Asignado en Japón, Sorge se hizo amigo íntimo del embajador nazi en Tokio y, aparte de proporcionar información a sus superiores de pactos y ataques -incluido el ataque a Pearl Harbor-, consiguió, en 1941, la fecha exacta en la que se iniciaría la Operación Barbarossa, también conocida como “El Plan de Hitler Para Invadir Rusia.” Los oficiales de inteligencia en Rusia, alarmados, corrieron a decirle a Stalin, que, citándolo, dijo: “está este bastardo, montando burdeles y fábricas en Japón, diciendo que el 20 de junio los nazis van a invadir Rusia, ¿y tú me pides que le crea esa estupidez?”

La Alemania Nazi empezó la invasión de Rusia el 22 de junio de 1941.

“¡Les dije que ese no era yo! ¡Ustedes le dijeron fue a mi hermano gemelo, er, Stulin!”

Sorge dio detalles específicos de las estrategias que seguirían los nazis e incluyó, como bonus feature, las condiciones bajo las cuales Japón se uniría a la invasión. A pesar de estar operando en un tiempo y lugar peligroso, Richard continuó reportando con dedicación, hasta que uno de los miembros de su red de espionaje fue capturado y, ese, a su vez, lo delató.

Richard Sorge fue internado en la prisión de Sugamo, bajo sospecha de espionaje. Cuando el embajador nazi, Max Clausen, se enteró, se sintió profundamente ofendido… con los japoneses. Demandó una liberación inmediata de su amigo y acusó a los japoneses de “histéricos paranoicos.” Los rusos negaron conexión con el caso y, a pesar de que se le presentaron pruebas de que el gobierno de su nación le había abandonado, Sorge no concedió información sobre su gobierno, ni siquiera bajo tortura.
Cuando Nikita Sergeivich Khrushchev, posterior mandatario soviético en Rusia, vio la película biográfica francesa de Sorge, preguntó “¿esto pasó de verdad?” La URSS procedió a darle honores póstumos y a mantener a su viuda hasta que esta murió, en el año 2000. Diez años después de la caída de la Unión. Qué bolas, Stalin.

“¡Deja la vaina ya, chamo, deja la vaina ya!”


Thomas A. Baker Intenta Lo De “Déjenme Atrás, Sólo Los Retrasaré” Y Hace Una Matanza En El Proceso.


Perdón, ¿quién?:

Tom Baker era uno de los miles de soldados que batallaron en el teatro del pacífico, en la Segunda Guerra Mundial. Ahora, si has visto las películas de Clint Eastwood de la guerra, o La Delgada Línea Roja o has jugado Call of Duty: World at War, sabes que esta fue el abuelito alcohólico y sociópata de la guerra de Vietnam. Eso se traduce en malas noticias para el pelotón de Baker, cuando recibieron órdenes de capturar la Isla de Mariana de Saipan, que estaba bajo control japonés.

Y Rambo Se Quedó Pendejo:

El día que llegó, Baker se adelantó a su batallón, cogió una bazuca y acertó un tiro al blanco en medio de un búnker nipón, mientras sus compañeros miraban boquiabiertos y le tomaban fotos con el celular.

Esta es una de las fotos.

Sintiéndose bastante ofendidos y fracasando en analizar el nivel de demencia en Baker, los japoneses lanzaron un contraataque que tuviera el mismo efecto desmoralizante en las fuerzas americanas. Baker mató a casi todos. Digo casi, porque el resto huyó, con las manos levantadas al cielo y gritando algo que se traduce en “No es humano, no es humano.”

Espérate. Hay más.

El 7 de Julio de 1944, los japoneses dijeron “Bueno. Ya es paja, la vaina,” cogieron sus katanas y se lanzaron contra el tipo, gritando “banzaaaaaiiiiii.” Baker los estaba esperando, con un hacha en cada mano, sosteniendo el rifle con la boca y con una bomba atómica amarrada en la espalda. Los japoneses trajeron a Godzilla y a Gokú y Baker los mató a los dos, aunque quedó malherido. Sus compañeros, habiéndole cogido cariño al tipo que les había salvado la vida, lo empezaron a arrastrar del campo de batalla. Tú sabes, para llevarlo a un hospital flotante, salvarle la vida, eso.

Baker sacó su pistola colt y les dijo “Déjenme aquí. Yo los estoy retrasando a ustedes.” Esa es una pistola de ocho tiros.
Cuando los soldados volvieron con refuerzos, consiguieron a Baker, finalmente muerto, recostado contra un árbol. Alrededor de él había ocho soldados japoneses muertos. Su pistola colt estaba vacía.

La reacción de todos los presentes.


Simo Häyhä Recibe El Apodo de “La Muerte Blanca” Y Procede A Burlarse De La Muerte Normal.


Perdón, ¿quién?:

Estamos en la Segunda Guerra Mundial. Como bien sabemos, los nazis eran muy adeptos a conquistar otros países (hey, eso fue lo que inició todo el puto conflicto), pero no mucha gente sabe es que La Unión Soviética era el otro bully de esa gran escuela llamada Europa. Ejerciendo sus derechos de la ratica del colegio, la URSS iba por ahí, metiéndole mano a las naciones que iban con falditas y dándole lepes por la frente a las pequeñas repúblicas. Un día, URSS estaba sentado en el recreo con sus seguidores sin personalidad cuando le dijeron “mira, ¿y tú no le vas a hacer nada a Finlandia?” URSS se lo pensó por tres segundos y dijo “De pana.”

Qué cabrón, URSS.

En 1939, La Unión Soviética empieza la invasión de Finlandia, un país en clara desventaja. Desventaja, salvo por la presencia de un campesino aficionado a la cacería, Simo Häyhä, un carajo cuya casa estaba repleta de trofeos por tiro con rifle. Ya sabes por dónde viene la vaina.

Y Rambo Se Quedó Pendejo:

Antes de continuar, quiero tomar un breve momento para describirte las condiciones de combate en esa, la llamada “Guerra de Invierno.” Las temperaturas eran inferiores a los 20 grados centígrados y la nieve en el bosque solía llegar a nivel de las rodillas. Häyä, armado con un rifle de francotirador (que irónicamente era una variación del rifle ruso), se metió en las florestas, con un camuflaje blanco y unas latas de comida. Fucking-solo.

Los soviéticos mandaron tropas tras tropas en abierta ofensiva, buscando al pelotón que estaba matando a decenas de sus hombres, hasta que se dieron cuenta de que el pelotón era realmente un solo tipo. Después de gritar varias veces “¡pero la puta madre!” y sus derivados, hicieron lo tácticamente recomendable y montaron misiones para matar al ahora conocido “Muerte Blanca.”

Primero mandaron a comandos de operaciones especiales. Ninguno regresó. Luego mandaron a equipos de francotiradores anti-francotiradores: dos tiradores especializados cuya labor se centraba en matar a otros asesinos del rifle. Häyä los mató a todos.

Estamos hablando de que, en menos de cien días, este campesino finlandés consiguió 505 bajas enemigas confirmadas. 505. Léelo otra vez. Un tipo mató a 505 soldados, algunos de los cuales estaban enviados para matarlo exclusivamente a él. Las cifras extraoficiales sitúan a las bajas que ocasionó entre 542 y 800 soldados. Häyä no sólo era una verga de Triana con el rifle de precisión, sino que hay un estimado de 200 bajas más que ocasionó con su subametralladora KP/31.

Vete pa’ tu casa, Jude Law.

Como estaba bastante claro que el tipo era invencible, los rusos decidieron adoptar la técnica que popularizó Nixon años después: bombardea toa’ esa mierda. Lo máximo que lograron con esto fue rasgarle el camuflaje, que posteriormente reparó, a pesar de que estar bombardeando en la zona correcta.

Por fin la suerte se volvió contra Häyä cuando un carajo consiguió acertarle en la cabeza con un proyectil explosivo que, según recuentos de la época, “le voló la mitad de la cabeza.” Los rusos avanzaron por fin, gloriosos y vengativos, y conquistaron Finlandia, pisoteándola y orinando sobre la tumba de la Muerte Blanca.

Nah, es jodiendo. Häyä tardó una semana en recuperarse. Cogió su rifle y dijo “Con todo, una muela infectada duele más.” Por fortuna para los rusos, Häyä salió del hospital el mismo día en que se firmó el tratado de paz que culminó la guerra.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Tratado de Pelabolismo Ilustrado

Por Noelia Depaoli

La palabra pela bola es 100% venezolana. De ahí que su significado sea desconocido para todos los demás. Para ellos:

1- Dícese de la persona que no posee real (dinero) en algun momento o siempre.
2- Persona que esta pronta a fallecer o ya lo hizo.
3- Persona que tiene una situacion difícil.
Empleados así:

1- "Si es pela bola"; "ese carajo es un pela bola", "estoy pelando bola", "es un rolitranco 'e pela bola", "voy a pelar bola".
2-"Ese viejo peló bola"; "casi pela bola"; "peló bola".
3- "Pelar más bola que el naúfrago y el fuigitivo"; "vas a pelar más bola..", etc., etc.
Urban Dictionary.

El pelabolismo es a veces una escogencia. Me encontré una dificil disyuntiva: comer o la edicion ilustrada de "Las esquinas de Caracas" de Carmen Clemente Travieso. Una magnfica edicion de 1965 (su primera edición), sin defectos en la portada, con hojas impecables, sin subrayados pedantes bajo sus líneas y a la "desfortunada" suma de 60 bolívares, suma que, gastada, implicaria dos días sin pasaje a la Universidad y un par de galletas menos en el estómago. No hizo falta preguntarse mucho acerca de la valía del propio sacrificio: compré el libro y me añadí un par de inasistencias a las clases siguientes de (hermosa ironía) Historia de la Antropología.

En homenaje a estas situaciones he decidido escribir estas palabras, porque ahora que soy pelabola en un grado menos doloroso, puedo recordar esto sin el menor resquicio de temporeneidad. Puede que ahora pase por lo mismo, pero sin duda con libros u objetos un poco más valiosos.

TODOS SOMOS PELABOLAS. En grados mayores o menores, incluso la persona con más plata del mundo adolece de algo. Vivimos en un mundo de deseos comercializados, de vendedores de placer envasado: tú escoges si la quieres en cartón o en vidrio. Ahora bien, ¿qué diferencia a un pelabola ilustrado de un pelabola común? ¿Qué mundo de diferencias rodea la atmósfera de ambos personajes? Aquí les va, sin costo, una lista; un tratado acerca del ILUSTRADO PELABOLA.



"ajá... y ahora que me gaste la plata... ¿A dónde carajos voy?"

1. SER PELABOLA ILUSTRADO ES UNA POSTURA
A diferencia del pelabola por consecuencia, el pebola ilustrado lo es porque suele gastarse los reales en cualquier cosa que considere realmente necesaria para su existencia. Debe entenderse que pelabola ilustrado es aquel que vive su condición social enmarcado en los ideales de la ilustración (ver despotismo ilustrado) de la razón, la lógica y el arte. El pelabola ilustrado prefiere morirse de hambre antes de ver un libro a un buen precio y dejarlo pasar, un cuadro, un afiche o un CD original edición limitada. Este tipo de pelabola alimenta su espíritu, lo engorda de ideas, aún cuando desmaye de hambre o decida caminar 10 estaciones de Metro por no descompletar el pasaje justo para su casa. (Noelia 2002)

"Mamá, ya se las llevooooo, las de AA"

2. ¡SER PELABOLA COMÚN ES UN PRODUCTO HISTÓRICO! SER UN PELABOLA ILUSTRADO ES PRODUCTO HISTÉRICO.

Un pelabola ilustrado ha decidido permanecer pelabola por su increíble facilidad de gastarse la plata en cosas futiles y ganársela de manera bohemia quedándose con medio en el bolsillo. El pelabola común hace lo mismo, pero piensa que en algún momento necesitará la plata pa' la papa, mientras el ilustrado sólo piensa en lo inmediato.

Como todos sabemos, el pelabolismo como condición social es producto de malas distribuciones económicas en los senos de las naciones del mundo. La mayoría de la gente pelabola debe su destino a esos desaciertos económicos. Estas personas son absolutos dentro de los ejercicios del poder y luchan para salir de la pelabolez con resultados más o menos satisfactorios, sin entender del todo y profundamente la razón de su propia condición. El pelabola ilustrado sí lo sabe y actúa en devenir del antecedente de clase, algo así como: "el sistema a mí no me va a joder, yo estudio, leo para saber dónde y por qué coño estoy parado aquí", y se gasta la plata en libros, invierte en su futuro, invierte en sus ideas pero no en algo que le genere una plusvalía mercantil en algun plazo. El pelabola ilustrado es un luchador, un luchador que lucha desde una mesa, una hoja y con la musiquita "under" de fondo... pensandolo bien, ¡no es luchador un carajo!


"¡bien K.O por culpa de Alfaguara que nos puso los titulos bien caros!"

3. PELABOLA ILUSTRADO VS ILUSTRE PELABOLA

Es crucial este punto de nuestro tratado la identificación de algunos puntos disímiles. Mientras el pelabola ilustrado es alguien que se hace por sí mismo... de sí para sí, el ILUSTRE pelabola es alguien que por razones de destino, de suerte, de racha (osea, bien pavoso) no puede salir de abajo, no importa lo que haga o deje de hacer, muere pelabola, este tipo de persona es aquella cuya vida puede ser resumida en aquella alegre salsa de Hector Lavoe: "Pronto llegará el día de mi suerte, sé que antes de mi muerte seguro que mi suerte cambiara..." . Usualmente se muere con la misma mala suerte que tuvo en vida. Esta es la cadena de eventos desafortunados que definen la condicion de este tipo de pelabola:
Pelabola niño: por culpa de los padres. Pelabolas joven: por culpa de las novias. Pelabolas adulto: por culpa de los hijos. Pelabolas en la vejez: por culpa de la mujer. Y de paso este pelabola (al igual que los no tanto) también debe pagar su entierro a so pena de ser enterrado en un fosa común, o ser quemado en una zanja cual cadáver de perro que seguramente tuvo mejor vida que él.


"Pronto llegará,
el día de mi suerte
sé que antes de mi muerte
seguro que mi suerte cambiará"
Síiiiii, ponte a creer... ¡CREYÓN!

4. NO TODOS LO PELABOLAS SON ILUSTRES, NO TODOS LOS ILUSTRES SON PELABOLAS

Ya habíamos repasado las diferencias conceptuales entre un pelabola común y un pelabola ilustrado, pero intentemos atar unos cabos sueltos: un pelabola común puede ser leído, pero no al punto de ser ilustrado como lo entendemos nosotros o como nosotros los conocemos; un comelibros rebosante de grasa literaria. No muchos pelabolas pueden llegar a ese punto de obesidad, cosa parecida sucede con los ilustres, míticos seres con mucha verbigracia, mucha "cultura", amplio recorrido por la vida y sus universos que nunca han pasado trabajo para cultivarse. Un ejemplo para ilustrar este punto:

Van Gogh (toda su vida) - ilustre pelabola
Miranda (toda su vida) - venezolano ilustre.
Hitler (toda su vida) - pelabola infame.
Is it...

"Ya han pasado 65 años... ¡¿¿¿no pueden olvidarlo ya???!"

5. LOS PELABOLAS ILUSTRES SON SERES GREGARIOS.
Los pelabolas en general son seres de jauria. Les gusta estar en grupo, tomando, discutiendo, debatiendo y sobre todo: ideando ideas inútiles. Ser pelabola es más llevable cuando compartes con otros de la misma condición. Los pelabolas ilustrados, incluso los más huraños tienen contacto cercano con su alteridad que no es otro sino el sistema que hace que ellos sigan siendo pelabolas porque en el mundo de hoy, ser idealista y confuso no se paga...

Y por eso escribi esta nota, para aquellos amig@s mi@s que luchan todos los días para dejar de ser la razon por las cuales les dediqué esta nota...
A todos ellos, el pana Lavoe:

"Muchas veces me pongo a contemplar
que yo nunca a nadie le he hecho mal
por qué la vida así me ha de tratar
si lo que busco es la felicidad.
Trato de complacer la humanidad,
pero mi dicha aquí ha sido fatal
no pierdo la esperanza de luchar
y seguro que mi suerte cambiará,
pero ¿cuándo será?"

"¿¿¿Qué??? ¿¿¿Pelabolas nosotros??"

martes, 16 de marzo de 2010

El Día En Que El Mundo Se Fue


La glock de Jorge descansaba en la palma de su mano, como una reliquia sacada de una pirámide de acero y cristal. Supo siempre que llegaría el momento en el que tendría que tomar esta decisión, conocía las normas repetidas ad nauseam con respecto a los que los medios comenzaron llamando “desafortunados.” Y esta vaina no debió suceder nunca.

Tenían tres semanas sobreviviendo juntos, Miguel, Danilo y él, todo con un poquito de previsión, suerte y discreción. Se encontraron con un grupo armado bastante mayor (realmente el grupo los consiguió a ellos) y, en vez de defender al banco como el fuerte orgulloso que creían haber creado, hicieron lo lógico: cogieron la comida y se encerraron en la bóveda. Los saqueadores vinieron, trataron de abrirles el refugio de acero, le dispararon a las placas metálicas, se ladillaron, tomaron toda la plata que pudieron y se fueron. Tras horas de silencio, el trío se asomó fuera de la bóveda para comprobar que el banco estaba a solas. Reforzaron los obstáculos que habían puesto en la puerta y se rieron, pensando en que por ahí hay un grupo de saqueadores malandriles con los bolsillos llenos de plata, en un mundo en el que el dinero ya no valía una mierda.

Tenían un récord estupendo de estabilidad, sin siquiera un rasguño en un mundo salvaje, y nada de eso tenía importancia ahora, porque en la lotería de la vida que era la supervivencia en Caracas desde mucho antes del apocalipsis, hoy le había tocado a Miguel. Ayer estaban conversando sobre las memorias de la infancia. Hoy, Danilo y él conversan sobre qué van a hacer con el que se había vuelto una parte integral de sus seres, y que ahora esperaba en una oficina, con el tobillo apenas vendado y la muerte parada a su espalda.

Porque cuando pierdes a la gente que quieres, la vida nunca tiene la puta cortesía de darte diez segundos de ventaja.



Sentado frente a él, con los codos apoyados sobre las rodillas, Danilo cogió aire para hablar… y lo que hizo fue llevarse las manos a la cara y llorar. Viéndolo sacudir los hombros y sollozar de dolor, Jorge no pensó en que Miguel podía oírlo. Todo había pasado tan rápido, desde que Miguel gritó en el estacionamiento hasta que lo trajeron cargado de vuelta al banco, que no había tenido chance de caer en cuenta sobre la realidad. Miguel iba a morir: un hecho tan ineludible como que en unas horas se pondría el sol y mañana volvería salir. Aunque los muertos dejaran de caminar en 24 horas y la sociedad renaciera en 48, las cosas jamás volverían a ser igual.

Siempre se dijo que sería fuerte cuando un momento así se presentara. Y ahora se tenía rabia y hasta asco por estar llorando con su amigo, sin poder ofrecerle un miligramo de fortaleza a nadie.

¿Cómo llevas a cabo la tarea de matar a un ser querido? ¿Debían hablarle primero, tratar de anestesiar el asunto, o sería menos doloroso entrando y disparándole de una? ¿Debían esperar a que muriera y resucitara? ¿O era mejor hacerlo ahora y recordarlo como un hombre, nunca como un animal?

Afuera, los cristales de las ventanas empezaron un coro alimentando por los golpecitos de una lluvia neonata.

Estaban a dos cuadras del banco. Una regla que se habían impuesto era nunca entrar en territorio desconocido. Estúpidamente, creyeron que si se quedaban en lugares que conocían, podrían vivir indefinidamente. Los hombres somos muy buenos diseccionando las situaciones y poniéndoles pasos a seguir, luego nos sentimos incapaces cuando las situaciones se muestran indómitas. Era un supermercado. Casi toda la mercancía estaba saqueada, pero siempre hay un depósito o un pequeño oasis del que nadie se acordó durante el caos. Danilo y Jorge buscaban entre los anaqueles, Miguel esperaba en la puerta. Todos llevaban armas de fuego en el cinto, pero nunca las habían usado. Se defendían con martillos, bates y armas cuyas acciones no retumbaran sonoramente. Jorge creía que eso era lo que les había permitido pasar por debajo de la mesa. Pero, sabiendo cómo es la vida, eso quizá no tenía nada qué ver.



Miguel era pesimista por naturaleza. Decía que no era pesimismo, sino paranoia. Todos tenían el derecho a ser paranoides en la tierra heredada por los muertos, pero lo de Miguel era otra cosa. Una criatura parada en medio de la calle era parte de un enjambre mucho mayor. El ruido de motores en la lejanía era el de saqueadores que venían a matarlos a ellos. Un rasguño hecho con escombros en la calle se infectaría, se gangrenaría y llevaría a la muerte y a una resurrección que no era exactamente eso. Jorge entendía lo que eso significaba, a un nivel subconsciente. Al decirse siempre lo peor, Miguel se reforzaba el espíritu, mantenía las expectativas bajas. Cuando Miguel gritó, Danilo y él se miraron las caras por un par de segundos. Salieron corriendo al estacionamiento del supermercado, sin reparar en el ruido que hacían. Jorge vio a Miguel tirado en el suelo agarrándose el tobillo y, si bien supo qué fue lo que sucedió, corrió hasta él, alimentándose la idea de que estaba equivocado, sin un buen motivo para hacerlo.

El culpable permanecía en cuclillas medio metro más allá. Era un niño. Tenía el cabello alborotado, sucio, cubierto de aceite y grava. Un manchón de sangre le bajaba por el mentón. Al sentir cerca a más personas, se puso de pie, mirando a una esquina en el cielo, se pasó las manos por la camisa, llenándola de tierra y de sangre seca y extendió los brazos a ellos, sin caminar, sin rugir. Sólo estirando los brazos con los dedos hacia el suelo.

Jorge sacó su pistola glock y le apuntó a la criatura directo al rostro. Comprendió, entonces, lo ridículo que era cargar con armas que no planeaban usar.

—No —le dijo Miguel—. No le dispares, chamo, tranquilo. Vas a ver cómo me pongo bien. Guarda eso, que no ha pasado nada.

El peso de decir que todo iba a salir bien, cuando sabías que no sería así.

—¿Esto es lo que nos hace humanos? —le preguntó Jorge a Danilo en la oscura tumba que se había vuelto el banco —Esto que vamos a hacer. ¿Nos salvará del infierno de nuestras conciencias?

Danilo sacudió la cabeza, mirando al suelo.



Se pusieron de pie y fueron a la oficina donde Miguel esperaba. Él los miró, detalló las expresiones en sus rostros y deslizó la mirada a la pistola en la mano de Jorge. Cruzó los brazos y ni siquiera así pudo controlar su cuerpo de los temblores.

Afuera, a un mes del cierre del último McDonald’s del mundo, el planeta giraba igual. La lluvia caía sobre los carros chocados. Los pájaros batían las alas montados en las ramas, con las sombras del fin ante sus ojos indiferentes. El viento sopló entre los edificios abandonados, como lo haría mañana y todos los días siguientes. El sol no nos echaba de menos.

Parados frente a Miguel, Danilo respiraba por la boca. Nunca podría levantar el arma al que consideraban un hermano. Jorge lo sabía y sabía que la cruz la debía llevar él. Para siempre a sus espaldas. El precio de no haber sido lo suficientemente previsivo. El precio de pensar demasiado. El precio de vivir cuando los demás han muerto.

Levantando la pistola hacia la cabeza de Miguel, Jorge contuvo el aliento.