jueves, 11 de marzo de 2010

El agua se envuelve en plástico

Por Moisés Lárez

A Gabriela Valdivieso

El ritmo de mis tecleadas nunca ha sido de la filosofía. Más bien cada acción de presionar el botón está cargada de miedo e inseguridad de que sea un trabajo bueno. Siempre he sentido eso desde este cubo tridimensional en el que me encuentro. Por eso poco me gusta que me lean y sólo hago esto por placer, por la mera necesidad de decirme a mí mismo: existo. Mentí. Sí he reflexionado en mis teclas, pero de una estúpida reflexión adolescente a un tratado de retórica antigua hay mucho trecho. Quiero decirme que existo, que esos momentos en los que me doy cuenta que soy un ser, uno real y animado me inspiran y emocionan, me llenan de preguntas y me alejan de respuestas; me sacan de un nicho donde estaba encapsulado y me trasladan a un estante vacío, sólo espiritualmente, donde me veo a mí mismo y a los demás interactuando de una manera increíble.

El otro día me pasó así. En mi trabajo, mi jefa me pidió, muy amablemente, que le sirviera agua. Me moví hacia el pote de minalba que estaba por ahí y me quedé observándolo fijamente. Pensé que el plástico que envolvía el agua podía tardar más de cuatro mil años en biodegradarse y que era terrible que algo tan puro como el agua viniera envuelto en algo tan macabro como el plástico, pensé que quizá sería bueno vender cartones de agua, como los de la leche, pero que seguro la gente no se iba a acostumbrar, que preferirían sus embases plásticos de agua, porque así podrían recargarlos en algún bebedero, cuando en realidad muy pocos son los que guardan el embase para recargarlo. La otra mayoría lo bota. ¿Y cuántos embases plásticos de minalba se consumen diarios? ¿Cuántos se botan? ¿Cuántos se vuelven a usar? Y ¿Cuántos menos se reciclan? ¿A dónde va todo el plástico que se bota? ¿Dónde botan la basura que uno bota? Entonces recordé cuando era chiquito, que creía que era hijo de una familia extraterrestre, pero que mis padres humanos me lo ocultaban, siempre había pensado que la mejor solución para acabar con la basura era mandarla al espacio. Enviarla al sol para que se derritiera, sólo que mi plan tenía un problema: es que el plástico se hace de cosas de la tierra, cuando se acaben las cosas con que se hacen el plástico y todo lo demás, ¿de qué lo vamos a hacer? Indudablemente sabía que la basura del planeta no le haría nada al sol, quizá en unos miles de años podría causarle un manchita que podría verse con telescopios con lentes de soldador, pero más nada. Mi problema era imaginar la tierra reducida, porque todos sus componentes ya no están en el planeta, sino en el sol. De ahí la suerte que tenemos de botar la basura en rellenos sanitarios, que si algún día se nos acaba todo, tendremos que empezar a cavar y reciclar de ahí.

Mientras le servía el agua a la profe, me daba cuenta de que no era algo tan absurdo. Que esto servía como un ciclo, como el del agua, pero que muy pocos afortunados se habían dado cuenta. Entonces, cuando le daba el agua a la profe y recibía un “gracias”, me pregunté qué era la fortuna y qué sería de ella si los humanos no existieran para ser afortunados. ¿De quién sería la fortuna? ¿De los animales? ¿Se puede decir que hay un perro más afortunado que otro? Sí, lo sé, los perros de la calle sin una pata y muertos de hambre son menos afortunados que el de Paris Hilton, ¿pero es acaso el de Paris más afortunado que el mío?, ¿sentirá la fama, sabrá que lo que come es más caro y que tiene vitaminas que le harán más duros sus dientes y más brillante su pelaje? ¿Sentirá la felicidad? Entonces me pregunté que si yo sentía la felicidad y qué cosa era esa. Y me sentí, como al principio, apartado instantáneamente del mundo y ahí viendo y no viendo todas las cosas al mismo tiempo y en ninguno me pregunté que quién más iba a ser feliz, sino yo mismo.

5 comentarios:

Gabriela Valdivieso dijo...

Eres genial, amo las conexiones mentales de tu cabeza, como el relacionarme con este grandioso texto!

Gracias, Moi, qué feliz me has hecho!!

Jóvenes como nosotros dijo...

Quién más iba a ser feliz, sino yo mismo...!

Muy bueno!!! :D

Jessisrules dijo...

Esto te quedó genial Mo, de verdad que sí!

Unknown dijo...

Chicos, disculpen mi ignorancia, este plastico puede ser reutilizado, trabajo en un sitio donde se compra mucha agua y los envaces se botan a la basura... se prodrian recolectar y reutilizarlos en algo?

Unknown dijo...

Disculpa Moíses, excelente tu articulo... buen aporte.