Tuve un sueño en el que yo era perfecto.
No existía dolor, ni ansiedad, ni miedos. No existían las negativas. Siendo lo que era (irreal), una parte de mí en las profundidades de mi conciencia sabía que todo era una mentira, como siempre lo sospechas cuando sueñas.
Pero yo lo quise creer.
Quise correrle al despertar.
Estúpido.
Uno no puede escaparle al amanecer.
2 comentarios:
¡¡Qué forma!!
Tu texto me atraviesa especialmente porque tampoco yo quiero despertar, no quiero estar lejos de casa je, pero no se puede Gabriela, no se puede. Digo, victor =)
jajajaja me gusta mucho, es la esencia de los sueños, que no quieres despertar!!! genialXD
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