lunes, 5 de abril de 2010

¿Y esa camisa es del Cementerio o de Zara?

¿Y esa camisa es del Cementerio o de Zara?

Por Guillermo Geraldo Rodríguez

La afirmación de que a Ricky Martín se le moja la canoa, agua la perola por los hombres y que le gustan los pipes ha sido noticia inherente a todos los periódicos terrícolas (eso porque en Marte no han escuchado “living la vida loca”) Bueno, hay que estar claros que el carajo estaba yuca y papeado (no voy a halagarlo mucho, no vaya a creerse que también soy parcha). Sin embargo, desde el alba de su carrera (iniciada con Los Menudos) ya el carajo “jugaba espadita”. Digo esto por las aseveraciones en Twitter de Ricardo Montaner, quien manifestó: “El @ricky_martin de ayer y el Ricky M de hoy, es el mismo Ricky Martin de siempre. Y es mi amigo!” (Es decir, siempre fue…*tos*). Ahora ¿qué pasaría si el de los menudos no hubiera sido quién fue? ¿Si no le hubieran dado la canción de Francia98? ¿Si fuera un mamarracho pata en suelo sin los billetes que tiene? Entonces no sería gay sería un pobre marico.

Es admirable la inmensa aceptación por parte de la opinión pública con respecto a la homosexualidad del artista (independientemente de las cualidades y factores que pueda carecer un homosexual común para no poseer la misma aprobación). Es un factor de evolución este hecho. Pasa que durante siglos el ser humano ha buscado pretextos para evitar de alguna forma a la persona diferente, a la persona que no está dentro del prototipo común, tildando de locos a los científicos, filósofos e investigadores que no se conforman con seguir el cauce de la sociedad. Ésta se ha encargado de destruir a todo aquel que busca romper parámetros. Sócrates, Jesucristo, Juana de Arco, Kennedy, Martin Luther King, etc. Han sido algunos de los que han tenido que “bajarse de la mula” con su vida (pena que tuvieron que pagar por estar fuera del lote característico de la sociedad de entonces) para dejar un legado de cambio.

Creemos haber superado el tema del racismo, clasismo y además dar el visto bueno al tema de la pluralidad de género sexual. Pues, todo esto es ¡zendo embuste! Si es verdad que para la fecha, todos tenemos panas judíos, musulmanes, budistas, hippies, cristianos, lesbianas, gays, negros, blancos, chinos y amarillos. Sin embargo, no se trata de maricos, negros y religión. Todos poseemos la bacteria de la discriminación, debido a que todos forjamos un molde del ser de quien queremos parecernos y solemos rechazar a las personas que no encajan en este tipo de molde ideal. Por esta razón hoy estamos divididos, porque tú eres chavista y yo soy opositor. Porque yo me pongo (a mucha honra) una camisa que dice “Alianza para un Venezuela sin comegatos” y tú te pones una que dice “Sin Reggaetoneros Tukkys”. Porque cuando vas al estadio del Caracas Fútbol Club, si se te ocurre llevarte una camisa aurinegra (colores del archirrival caraqueño) pues, te revienta a coñazos. Porque no eres nadie sin una Merú, sin un Blackberry y una gorra del pescao de Bass Pro Shop; mientras otros opinan que no eres nadie sin pasión literaria, criterio político y un razonable oído musical.

Sencillamente a algunos les gusta Newton, Charles Darwin y Einstein (científicos) a otros les gusta Van Gogh, García Márquez y Mozart (humanistas). A unos les gusta Marx, Engels y Chávez y a otros Smith, Bush y Ledezma. Por ahí hay los que prefieren a Wisin&Yandel y a Alexys&Fido, y los que les excita Metallica y Dream Theater.

La vaina se trata de ceder un poco, de darte cuenta que no siempre tienes la razón, de no juzgar, de aprender que no es una virtud etiquetar a la gente, y aprender también a no frenarte por el elementos difamados por la sociedad. Porque buen pelón que se echó “Vitico” Davalillo cuando le dijo a Omar Vizquel (antes de jugar beisbol profesional) que no servía para el aquel deporte y que se dedicara a Jockey Hípico (y como ésta, miles de anécdotas).

Hay que cambiar, hay que aceptarnos, hay que dejar de juzgar y no esperar que nos pasen vainas como las de Chile y Haití para saber que a la hora de necesitar ayuda y echarle un camión de bolas unidos, ni somos nobles, Terminator o Mcgiver. Que todos somos la misma cagada: Creímos en el niño Jesús, nos sabemos al menos el coro de alguna canción de Los Backstrees Boys y nos gusta la arepa, la birra y el Mc´donalds (Por no decir que todos, comemos, cagamos y dormimos).

Entonces, que no se te engarroten las bolas, ni te sientas impedido o frenado para forjar tu proyecto de vida porque no encajas con un estilo de gente, quienes te critican y encabronan la existencia. Así seas un asesino, psicópata, enfermo sexual y alcohólico, siempre vas a conseguir una sociedad donde encajar. Si no, no existirían las cárceles de alta seguridad.

4 comentarios:

Gabriela Valdivieso dijo...

JA JA JA JA JA
todos comemos, cagamos y dormimos, es así, querido amigo.

Bravo por el cierre y buena la pauta en forma y contenido!

Karim Taisham dijo...

jajaj la ame.

al principio fue un poco floja, pero despues agarro muchisima fuerza. de verdad, la ame.

de que va la pauta?

G. dijo...

Me gustó mucho Guille jajajaj en especial el último párrafo. ¿De qué es tu pauta?

Ysaías Núñez dijo...

Ambigüo al principio. Pero luego brilla por sí solo. Me ha gustado.