miércoles, 23 de marzo de 2011

Mi manifiesto

Por "Honi-Tó", Abraham Torribilla
Correo: abrxhxm@hotmail.com

Para P.J
Algún día, en tu vida o en la mía, en tus sueños o en mis sueños, pasará.

El Encuentro

¿Dónde estoy? De verdad tengo hambre. He volado demasiado lejos. ¿Qué estoy haciendo? Ya ha pasado el tiempo y ni me he percatado de ello. ¿Sigues allí? Tengo sed, de verdad la tengo. Deliro y deliro y deliro y vuelvo a delirar, y de sólo una cosa estoy seguro, de tu nombre.

Camino por la calle y me ven como un don nadie. No tengo nada, ni un gesto ni una mirada, no tengo brazos ni piernas, ¿ilógico que pueda caminar? Ellos me ven pero yo no. Me he perdido, de nuevo. Escucho balbuceos, niños gritando, gente exasperada. Escucho el aliento, las caricias, los gestos, pero no logro escucharte a ti. La sombría y maloliente soledad de las palabras me dan cuerda y ni siquiera tengo manivela. Me sostengo para no hacerlo pero soy tan débil como un humano, necesito hacerlo.

Al verte siento las súbitas sensaciones del cielo y el infierno, tanto así que a veces no sé si realmente respiro o estoy muerto. Sólo hay una manera de saberlo: tu aliento. Primero siento que se estampa en mi rostro como la peor quemadura jamás hecha, pero, por una extraña razón, la cicatriz no queda en el rostro sino en el corazón. Luego, con deliberada vehemencia, zarandea mi estomago haciendo que se enhieste cada pate de mi cuerpo, trayendo como consecuencia la detonación y el ofuscamiento. Trato de razonar de vez en cuando. Y allí quedo yo, malherido y sin fuerzas, pateado, escupido y violado, pero no por ti, nunca por ti, es ella la que tiene la culpa, la vida. Otras veces definitivamente cruzo el portal y me pierdo en el mas allá, pero eso sucede cuando, después de buscarte en el edén de las hormonas, no te encuentro. Pero insisto, trato de razonar de vez en cuando.

No sé cómo fue pero sucedió. Todo viene de manera natural. Los razonamientos y las cavilaciones son las únicas cosas que nos distinguen de los animales, pero en tiempos de guerra todo se vale, incluso tomar un camino diferente. Cuando el cuerpo te lo pide esa es la única opción. ¿Por qué azotarse? ¡Hazlo, hazlo, hazlo! Me grito por las noche, y sé que tu también, ¿entonces? Pero no, no porque tú no eres un animal ni yo tampoco, hay que mantenerse bajo perfil para que otros puedan venir y chuparnos la sangre, mientras nosotros nos casamos y tenemos hijos, viajamos por el mundo y predicamos paz. Tomar caminos diferentes sólo ocurre en mi vida paralela, en el otro lado del espejo. En mi tierra soy el zar y se me debe respeto, te humillo a ti y a tus semejantes, y me concentro en crear mi ejército que se apoderará del otro lado del espejo con eslóganes que inspiren lujuria y remordimiento, porque así es mi vida y, casualmente, la tuya también. No me mires por favor.

Hace un par de años te vi. Me abofeteaste con tu sonrisa y me fracturaste las piernas con tu cuerpo descubierto. Vi el cielo. No obstante, la magia se presento y me sano cuando te acercaste y me saludaste. Me pediste un favor: me necesitabas y yo a ti. Seguidamente de ofrecerte mi ayuda, mientras caminábamos, mis sentidos se tensaron y por poco agarro un hacha del suelo y te rebano la cabeza como jamón serrano. Luego me beberé su sangre, pensé, el cuerpo me lo llevo a la casa y lo pico en trocitos para dárselo a las macotas, mi padre y madre, y de esa manera no quedara rastro alguno de él. Porque sí, quería aniquilarte, había llegado a un punto de mi inexorable condición de humano donde había rebozado la tapa de la esquizofrenia: eras tú o era yo, y sabía que antes de elegirme te elegiría y eso no me lo podía permitir, no. Pero no fui capaz de cumplir ningún atentado pues tú eras un ser más glorioso que yo, y era por eso, precisamente por eso, que te necesitaba.

Ya el vuelo se había prolongado demasiado, necesitaba aterrizar, pero los animalitos monocromáticos atisbados en la pintura no me lo permitían, cambiaban de forma llamándome mas y mas la atención, me hacían elevarme más… ¡por poco se dan cuenta! No, ellos jamás se darán cuenta ya que sus vidas son más luctuosas, ofensivas, escuetas y deleznables que la mía, yo era el rey de mi mundo y ellos eran los reyes de los sueños, eso es lo que toda persona se quiere y daría la vida por tener. Ya yo la di, la dejé en tus ojos cuando entre… y no sabes cuánto me arrepiento.

Una vez pasó y me repetí: ¿Dónde estoy? El cielo quema y en el infierno neva. Los cromañones son mis amigos y la rebeldía de las ninfas atenta contra mi devoción, como obligándome a que vuelva a la realidad, como induciéndome a la cordura. De nuevo, no sabía si respiraba o había muerto, hasta que un día, una vez más tú, me diste una respuesta, la más hermosa de las respuestas. Gracias, te dije. La velocidad de los rayos fue tan pecaminosa que no basto una colisión, hubo dos y hasta tres por hora, debilitándome, debilitándote. Nuestro encuentro estaba ya predestinado, en tu mundo y en mi mundo. Ya estaba escrito en la Biblia y en el Corán, en mi libro de mandamientos y en el tuyo, sólo faltaba la presencia de la chispa valiente. Y fueron tus ojos, esos que me bañaban en sangre, lo que hicieron cumplir a cabalidad los fallos inapelables del universo. Una línea asimétrica se dibujo en tu cuerpo, copiándose en el mío, seguidamente levantaste tu mano y yo la mía, yo era tu reflejo y tu el mío. No dijiste nada, ya todo lo había dicho la vida, solamente faltaba que nuestras bocas se conocieran para poder atravesar juntos el borde que se nos había tatuado en la frente desde pequeños y sin ni siquiera consultarnos.

Comencé a sentir algo inexplicable cuando el destino se cumplió. El dolor no entraba a mi mundo haciendo que la cocaína lo conquistara: todos mis esfuerzos habían sido en vano. Hubo guerras, desastres, muertos, heridos y desaparecidos, pero nada valió la pena: tú estabas allí. Decidí no quejarme y acostumbrarme, la única diferencia del antes y después estaba en mi mente y en mi corazón, del resto tú y yo éramos unos totales desconocidos. Las sombras andantes en nuestro alrededor eran el preámbulo de la diversión, parecían payasos del circo del Señor, y de hecho lo eran. Se lograban salvar unos cuantos, sin embargo, por lo menos lo que nos rodeaban a ambos, se iban a quemar en el mármol del infierno. ¡Qué maravilla!

Como decía, nos acostumbramos al juego macabro de la seducción psicológica. Te pedía que me llevaras colgando de tu cuello, como una medalla, luego, cuando nadie te viera, me metieras en tu boca y me dejaras allí hasta que tu piel se volviera azul y eso te encantaba. Por otro lado, tú me pedias algo similar, que te llevara enroscado, como un anillo, y que cada vez te diera mas vuelta para así cortarme la circulación y poderme mutilar el miembro. Simples juegos de niños aquellos, pero nos encantaban.

Y fue un día común, estando solos en la pradera, cuando sentimos que el mundo –el tuyo el mío y el de ellos– se nos venía encima, que nos percatamos que estábamos dispuestos a dar la vida por el otro…


El Acercamiento

Nunca van a atraparnos, no, ahora te amo.

Nos convertimos en escuálidos fugitivos. Todos nos buscan secretamente, cazándonos, haciendo que todas esas cosas rodaran por nuestras mentes, pero ya nosotros habíamos cruzado la línea y para realmente atraparnos ellos tendrían que cruzarla también… Pero no son tan tontos.

Mientras estaba junto a ti, nada me importaba.

Los días grisáceos que trae consigo la malvada incertidumbre los lográbamos despistar juntos; nos compenetrábamos, lo malo de todo era que siempre nos imponíamos un límite. ¿Por qué? ¡Si ya nos pertenecíamos! Éramos y somos honestos. Si esa honestidad no se hubiese aparecido en nuestro camino tú y yo ni siquiera habríamos nacido. Porque era así y no nos quejamos, entendíamos. Habíamos llegado a esta vida para sufrir nuestros males y los de los demás, teníamos que hacerlo para estar juntos, eso era nuestro destino. No había nadie a quien culpar, bueno, sí, a ella, a la vida, pero al final nos rendimos cuando no la pudimos encontrar. Escapábamos, corríamos, dejábamos todo, pero siempre teníamos que regresar, porque así no los imponía ella, y luchar contra un humanoide invisible es imposible.

Ni todos los ejércitos creados en mundos paralelos sirvieron cuando realmente se presentó la batalla. Perdimos. Ahora, volvíamos a estar golpeados, violados y tristes, pero ya no era culpa de nuestro cuerpo, sino de nuestra sonrisa.

Un día me contaste: nunca tuve la oportunidad de corresponder la atenta sensación que emanaba de tu rostro cada vez que me veías. ¡Tonterías! Pero sí, me daba cuenta. Era un juego, peligroso y estrepitado, como la vida, el amor, el arte y el sexo. No podía ni sabía cómo. También tu miraba me asesinaba y también yo te mataba. Era lo más macabro que había sentido en mi vida, lo más dulce y agrio… pero si tan sólo fuéramos nosotros los únicos habitantes del mundo. Las noches y los días se mezclaban en mi mundo cuando tomaba la decisión de huir de ti, porque sí lo hacía y hasta el día de hoy lo sigo haciendo. Eres mi destrucción, lo sabes ¿no? Pero ya, ya es tarde y estoy dispuesto quebrarme las piernas para llegar al nivel que tú has llegado por mí… Porque si vivir es pecado entonces que me condenen a la vida perpetua, pero a tu lado.

Fue tanta la intensidad de la alegría que no nos importó desprendernos de los modales, y todo lo aprendido en la escuela, para dejar salir el alma. Aprendí que realmente se puede volar, ir a la luna, ya nada era como uno de esos sueños surrealistas que tú me acostumbraste a soñar. La música era nuestra amiga y todo fluía, todo volvía a su sentido original. Nadie, absolutamente nadie nos miraba ni nos decía nada, porque todos estaban haciendo lo mismo que nosotros. Fue increíblemente agradable. Tu piel era suave al reflejo de la fluorescencia y mis bellos se erizaban cada vez que podía sentir eso. Te veía y te re volvía a ver. Eras el más bello ángel de mi mundo. Ya yo no era nada ni nadie, todo lo eras tú, me tenías literalmente en tus manos. De aquí a allá, de manera inconsciente o no, todo se revolvía en una extraña sensación que no se saciaba por nada, y yo quería más.

De aquella noche no recuerdo mucho, sólo lo necesario.

La luz no existía, sin embargo podía reconocer cada parte de tu rostro. Tu mano era tan blanca que pensé que ahora sí te había asesinado, pero así eras tú. No me conformé con sentirme volando, no, yo quería más. Y tú también lo querías, lo sé. Esperamos que el efecto de la inconsciencia se manifestara lo suficiente como para poder borrar del mapa a todos los demás, y así, de una manera tan brusca y angelical, le abrimos la puerta a la exagerada pasión tantos años encerrada en los barrotes de la naturalidad amaestrada. Al ritmo de la música, nos movimos lo suficiente como para sentirnos íntimos, solos. Así comenzó todo. Tú me querías y yo a ti, e insisto, te quería más que a la vida misma, porque de eso se trata la vida aunque la vida misma se niegue aceptarlo.

La violencia se hizo cargo de lo sucedió, y es que sólo ella lo podía hacer.

Particularmente no sabía qué hacer, regurgite todo lo aprendido hasta ese momento y nada, nada me servía, pero estaba dispuesto a continuar, pasara lo que pasara. Tal vez la cotidianidad haría acto de presencia eclipsando los sentimientos como todo el tiempo lo hace, ¡pero que más daba! Era muy necesario hacerlo, eso nos convertiría en un solo y aunque más adelante tú estuvieses en la tierra y yo en la luna, siempre, siempre íbamos a ser uno solo. Los golpes resultaban lo mejor sentido hasta esos momentos, pero no eran los mismos tipos de golpes que me propinabas cuando me mirabas, no, estos eran más intensos y dolorosos, cosa que me conducía a desearlos con más frecuencia y ritmo. No existía receta que determinaran los pasos a seguir. Por primera vez podía sentir tu cuerpo y tú el mío, tal cual como fueron arrogados en este mundo. Y sí, nos convertimos en animales salvajes y para nada nos dio vergüenza, pues tú, él y ellos también lo hubiesen hecho si hubiesen estado en nuestro lugar. Contra la naturaleza ni Dios puede.

Miles de años de desarrollo se nos presentaron paralelamente en el instante donde entraríamos en las entrañas del otro. Aja, por supuesto que fue temor, pero no temimos por la realidad ni por las personas, sentimos miedo por nosotros mismos, por esos sentimientos que van y vienen con el aire… con las palabras. Te dije: aguarda. Tú me contestaste: sólo si tú haces lo mismo por mí. Y desde ese momento dimos por seguro que pasaríamos el resto de la vida juntos.


El hecho

Hoy nos levantamos y sin importar qué pie pusimos primero en el suelo nos sentimos orgullo… ¿Tú que has hecho hoy para sentirte orgulloso? Seguramente nada pues eres como las mariposas, que te posas a cada segundo en una flor diferente para luego ir a desfallecer en el lado más deforestado del sendero de la vida. ¡Patético!

Los fantasmas siguen y seguirán rondado hasta el último día de nuestra vida, amor mío, pero ahora sólo nos reímos de ese hecho porque supimos superar la prueba más difícil: la pasión. Y es que lo que me hacías sentir no tenia descripción ni lógica; sabía que si algún día me llevaran al médico me iba diagnosticar la enfermedad más terminal nunca antes descubierta, y yo ya estaba consciente que realmente estaba enfermo, que tenía la fecha de mi muerte asegurada, ¡y ni hoy estoy seguro si vivo!, pero debo asegurar que el proceso sea lo más excitante y celestial de mi vida. Respiraba, comía, caminaba, sentía, dormía, escribía… todo lo hacía por ti, porque sabía que después que terminara de hacer todas esas cosas tú ibas a estar allí, esperándome con una de esas sonrisas que me hacían sentir dolor, que me hacían sentir vivo. Te idolatraba… era un tipo de obsesión metafísica. Y qué tontería es decir que estar obsesionado no es lo mismo que estar enamorado o muerto, ¡es lo mismo! Hay diferencias, pero en la esencia es lo mismo.

Incluso, antes de encontrarnos no poseía ni una onza de cordura, porque yo nací así, y me arrepiento, pero el arrepentimiento no es otra cosa que lo que el cuerpo no necesita, es decir, excremento. Hubo un momento donde me puse a contabilizar los errores que en mi vida a había cometido y tu apareciste como el más sustancial, eso me preocupó. Hasta pensé en abandonarlo todo. Te desprecie y deliré y deliré y volví a delirar, pero nada, no podía defenderme contra tu sonrisa. La locura ya me había incitado a cometer actos inhumanos y ya ni la muerte se aparecía por mi puerta como una posibilidad pues tú eras más fuerte. Te odio.

Pero, ¿por qué me quejo tanto si todos moriremos debido a la locura? Es cierto, mi locura no es igual a la tuya, pero ante de los ojos de los demás, y seguramente de Alá, es locura al fin, por lo que nos tocara el mismo nivel de sufrimiento… Un consejo: sé ignorante para que así no puedas distinguir qué es dolor y qué amor, ni para que puedas descifrar todo lo que dicen este montonón de palabras.

Ya no quedaba más que hacer, nada. Las cartas estabas echadas. Si hacerlo me alejaba de ti y no hacerlo también, prefería lo primero. Entonces, en el sueño más especial y simple que alguna vez pude haber soñado, todo pasó. Fuimos una sola persona en la tragedia, y no pensé en la palabra muerte, al contrario, necesitaba la vida más que nunca para prolongar ese momento hasta el infinito. Tú brillabas como el sol, tu piel blanca se tornaba de un color rojo sangre, y es que era la sangre convertida en deseo la que recorría por tu cuerpo a altísima velocidad: tu corazón estaba que estallaba. Me gustaba verte así.

Muchas veces había imaginado ese momento, he incluso antes de conocerte sabía que tú poseerías el rol protagónico: siempre fue tu cuerpo, tus manos, tus piernas, tu pecho, tus dedos, tu nariz, tus ojos… tu sonrisa rehabilitadora. Siempre eras tú. No sabía tu nombre ni nada, pero todo se debía a ti. Porque tú eras. Eres y serás la persona que soñé y soñare, la persona destinada para mí. Y así este sueño que hoy me he atrevido a soñar no sea realidad, sonreiré y llorare cada vez que me tope contigo, porque sentiré, volare, reiré, sufriré y sentiré dolor por ti, y eso será lo que me garantizara la vida…

Me he vuelto loco porque me he enamorado, y hundido en la locura esperare, en tu vida o en a mía, en mis sueños o en tu seños, que tu enloquezcas también para que todo se cumpla, porque sólo en la locura los sueños se cumplen. Amén.

Click para escuchar Bohemian Rhapsody, canción locamente lógica.

11 comentarios:

Gabriela Valdivieso dijo...

Wow, primero que nada, que HONOR, que dedicaras tanta energía y tiempo en LAL. Estamos profundamente honrados y agradecidos con tu seguimiento por correo y fb. Definitivamente: ¡qué bueno que pasaste aquel día por ese pasillo de la UCV!

Disfruté muchísimo algunas partes, ¡muchísimo! Siento, sin embargo, que en tu caso el largo te jugó un poco en contra. Hay muchas cosas que depuraría, más viendo que puedes brotar frases tan buenas.

Mi consejo? Sigue escribiendo que traes demasiado que decir. Como lectora siento estar ante un mundo interior así oscuuuuro de lo profundo que es. ¡Muy muy interesante tu loco!

Me encantó que lo mezclaras, pero así inseparablemente, del amor. Cuando lanzamos locura, quería leer algo como esto!

Te felicito por estas frases (las destaco para no olvidarlas!):

"...yo era el rey de mi mundo y ellos eran los reyes de los sueños"

"Te pedía que me llevaras colgando de tu cuello, como una medalla, luego, cuando nadie te viera, me metieras en tu boca y me dejaras allí hasta que tu piel se volviera azul y eso te encantaba."

"Te idolatraba… era un tipo de obsesión metafísica. Y qué tontería es decir que estar obsesionado no es lo mismo que estar enamorado o muerto, ¡es lo mismo!"

Karim Taisham dijo...

Debe ser porque me estoy enamorando, me siento identificada con varios elementos que componen tu cuento.
Ahora, debo confesar que el texto en si mismo, no me gusto, pero tienes propuestas poderosas.

"uchas veces había imaginado ese momento, he incluso antes de conocerte sabía que tú poseerías el rol protagónico: siempre fue tu cuerpo, tus manos, tus piernas, tu pecho, tus dedos, tu nariz, tus ojos… tu sonrisa rehabilitadora. Siempre eras tú. No sabía tu nombre ni nada, pero todo se debía a ti."

y lo que sigue es de una cursileria galopante. XD Pero esa imagen, me marcó y no te lo digo como "aspirante a escritor" sino como una lectora mas, que tambien paso por eso.

y de hecho, puedo detenerme en este analisis sobre "Mi Manifiesto" y confesarte que todo analisis es una perdida de tiempo cuando le llegas a un lector y a mi me llegaste.

y creo que con eso basta.

Anónimo dijo...

Abraham:

Me siento muy contento, la verdad. ¡Mucho! es la primera vez que más de dos personas leen lo que escribo...

Muchas gracias por los comentarios: ¡son geniales! Y me pareció estupendo que una de ustedes haya dicho: NO ME GUSTO, pues eso me motiva a escribir mejor para en un futuro ¡callarte la boca y hacerte tragar tus comentarios! :) (no es nada personal, son impulsos, ¡y joder! ¿por qué contenerlos?

La satisfacción para contigo es una sensación tan empalagosa... Igual que la decepción…

Nomao dijo...

Sinceramente DESCRIPTIVO podría decir, los sentimientos que desbordan, que digo? dolor? alegría? sinceridad? amor, aquello que todo lo une.

El humano, la vida, la SOCIEDAD... preguntas que nos hacemos pero nos callamos por cobardes dices cosas que ni yo misma podría decir con mi cara bien lavada, es como sentir que describen una parte de ti, oscuraa... lleno de realidad? lleno de tanto dolor?...

llegar al limite del amor puro aquel que destruye que duele que siente fuego, frió felicidad?... pero al fin y al cabo que es felicidad? todo al final fue una ilusión solo un sueño algo del deseo humano que todas tus imágenes se hagan realidad... sigue escribiendo espero verte por acá con mas frecuencia.



Nunca comento en el blog me parece maravilloso lo que hacen estos chicos "oportunidades" se les felicita...

Karim Taisham dijo...

"NO ME GUSTO, pues eso me motiva a escribir mejor para en un futuro ¡callarte la boca y hacerte tragar tus comentarios! :)"
jajajajajajajajajajajajajaj ojalá, bro. Ojalá.

Gabriela Valdivieso dijo...

Migue!: Muchísimas gracias por esa rosa que nos lanzaste, nos encantará conocer más tus impresiones, qué agrado!

Abraham: Qué bueno, entonces! A escribir más y más! A alcanzar más y más frases poderosas!

Andrea Gomez dijo...

"y de sólo una cosa estoy seguro, de tu nombre." (genial!!!)

A mi si me gusto, ja, una historia retorcida y extendisima.
Ese si fue un problema, al leer sin darme cuenta saltaba lineas! Pero x que carajo, a veces uno tiene muchas cosas que decir y las dice, sea una pagina o mil paginas lo que se escribe con sentimiento es arte. Felicitacioness y gracias por apoyar nuestro blog descargando tus sentimientos :)

PD: hay muchas frases que me marcaron. bien escrito!

Anónimo dijo...

Una combinación excelente el amor y el dolor; pues se combina de una manera interesante diversas percepciones, logrando que el lector ponga algo de si en la historia...
...Lo lógico y lo ilógico, lo natural y lo humano.
Me encanto lo que escribiste!!!

Anónimo dijo...

"Me he vuelto loco porque me he enamorado, y hundido en la locura esperare, en tu vida o en a mía, en mis sueños o en tu seños, que tu enloquezcas también para que todo se cumpla".. Realmente me gusto mucho esa frase.
Definitivamente me gusto lo q escribiste.. Sigue escribiendo creo que ese es tu destino.

Suerte!! Fighting!!

Anónimo dijo...

Te felicito..Me ha parecido excelente,lo que escribiste.. me gusto mucho.. expresa sentimientos muy profundos con los cuales te puedes sentir identificado.. Realmente me llego!! Tienes talento asi que sigue adelante.. Suerte!

Anónimo dijo...

Se podría decir que quede sin palabras, sabría que seria bueno pero nunca pense que tanto así.. Me identifique muchísimo.. Porque prácticamente casi siempre el amor es asi en sufrir, en sentir dolor, en querer ciegamente a alguien... Partes como: "Te dije: aguarda. Tú me contestaste: sólo si tú haces lo mismo por mí. Y desde ese momento dimos por seguro que pasaríamos el resto de la vida juntos." Me partieron como galletita de soda :$$$ P.D: Keep Going, your fan #1 <3