miércoles, 30 de septiembre de 2009

Sobre amor, letras, rock y Caracas


(o Primera entrevista hecha a Moisés Lárez)
(Por él mismo)

Veamos, Moisés, estudias Letras, una carrera que no asegura en tu país –y quizá en ninguno de Latinoamérica–una estabilidad laboral y económica. ¿Por qué?

Pienso que ninguna carrera en este país asegura nada. Quizá en unas carreras sea más fácil desenvolverse que en otras y quizá en algunas haya más demanda que en otras, pero creo que eso no es lo más importante para elegir una carrera. Creo que es vital que uno sienta una pasión interna por eso que uno va a estudiar. Después si se puede transformar esa pasión en dinero es una ganancia extra. Si no, ¿qué se puede hacer?, ¿cuántos abogados e ingenieros no hay por ahí en las avenidas manejando taxis y ganándose la vida de alguna u otra forma?

Entonces, ¿cómo se hace plata…? o, como dices tú, ¿cómo se transforma en dinero esa pasión?

(Cejas levantadas)

En criollo, pues: ¿Pa’ qué sirve estudiar Letras, con qué se come eso?

¡Ay, por favor! Hazme otra. Estoy cansado de responder ésta, ¿sí? Busca en Google, Wikipedia o en la página de la OPSU, por ahí debe decir.

¿Es cierto que en tu escuela no se habla de Paulo Coehlo, por qué?

Sí, es cierto. No se habla de él porque no está considerado como literatura por ninguna academia.

¿Por qué, quién determina eso?

Eso se nota en las estructuras narrativas, en la historia, la trama. Son cosas muy difíciles de llegar a definir y se han escrito tratados gigantes sobre qué es literatura. Básicamente ocurre igual que con la música o el cine. Uno se hace la pregunta, ¿qué es arte, qué es música? Existió primero lo que actualmente se considera como clásico o tradición. En el cine tenemos a El Acorazado Potemkin, en música un clásico del Rock son Los Rolling Stones. Son dos ejemplos muy distintos para ver un mismo punto. El Acorazado Potemkin es una película que a mí, por demás, me parece muy aburrida. Pero lo que lo hace arte es su importancia histórica y de transformación que tuvo en el cine en el momento, por eso debe ser estudiada. Con los Rollings, pasa lo mismo, son excelentes, ¡wao!, pero ¿quién los escucha ahorita? ¿Los has escuchado alguna vez en el metro o en un autobús? Son pocas personas que se mantienen escuchándolos. Ahorita la mayoría de la música que se vende es producto, es enlatada, si no es así es porque son grupos viejos como Radiohead, Aerosmith, entre otros que no se dejan montar la pata por los productores o grupos que pueden combinar su pasión de tocar maravillosamente, con un talento increíble con dinero, como Dream Theater que, Dios mío, tienen los mejores de los mejores del mundo en esa banda. Lo demás que se produce es totalmente comercial, productos para vender, para hacer que la gente se vista de tal manera o forma, se crean los emos y toda aquella cosa. No mencionaré bandas para no herir susceptibilidades, pero así pasa igual con la literatura. La autoayuda, género donde se clasifica a Coehlo, no es considerada literatura como tampoco se considera rock a Good Charlotte o a MCR. ¿Entiendes? Oscar de León es salsa, pero Salserín no, es producto.

¿No te parece que estás denigrando a la gente que sí lee Coehlo y escucha Simple Plan?

No, yo soy de los que piensa que las decisiones que uno tome individualmente sobre sus gustos deben ser intocables. Lo importante es que esa gente no ande diciendo por ahí, “Amigo, soy rockero” y uno caiga y diga “Sí, ¿qué escuchas? ¿Dream Theater, Los rollings, Soda?” y te digan, “No vale, ¿qué es eso? Escucho Avril Lavigne, Panda y Camp Rock”. La gente debe saber qué lee. Debe saber que escucha pop, no rock. Si a alguien le gusta Coehlo, no me molesta, igual que si a alguien le gusta Simple Plan; eso no es malo, los gustos de cada quien son soberanos. Yo en mi iPod tengo más de 10 canciones de ellos, pero sé que es pop con una guitarra eléctrica distorsionada.

Tienes cuatro años viviendo en Caracas, ¿qué piensas de esta ciudad?

¡Wao! Me asombran todavía las autopistas. Es increíble cómo pasan carros por abajo y por arriba de uno. Creo que eso siempre me asombrará. Creo que hay una deuda social con todo el mundo en esta ciudad, creo que hay injusticias, descontrol y soberbia, pero también hay una gran esperanza por un cambio. Creo que la ciudad necesita un cambio radical, una limpieza profunda en todas sus esquinas.

Si tuvieras que escribir sobre Caracas, en cualquiera de sus partes, pero en un lugar específico, ¿sobre qué y cómo sería?

Sería una historia de amor, sobre cualquier amor, en medio del caos. Sería mirando el tráfico sobre un puente, viendo a los policías corretear un malandro o viceversa, un amor a primera vista en el metro, el rescate de un bombero a su mamá en El Guaire, dos amigos que se confiesan ser gays en la cola de Guarenas, un mototaxista que salva a un bebé en la autopista. En fin, hay muchas opciones y en el momento inventaría la mía propia entre amor y caos en la ciudad de Caracas.

martes, 29 de septiembre de 2009

Caricia de bala ó El reloj marca las ocho

A C.J.
Mi amigo que sigue, siempre, en la lucha

Por Jessica Márquez Gaspar


El reloj marca las ocho y suenan las acostumbradas campanadas. Casi debajo del reloj se estaciona un carro y en él me subo. Detrás de mí una figura, una sombra, se desliza siguiendo mis pasos. El brillo metálico del revólver acompaña la amenaza del dedo en el gatillo. Una mano que tiembla denota los nervios. La mía no vacila al golpear su cara.

Como gato, salto y huyo a través de la plaza. La venganza del arma vuela velozmente: en cuestión de segundos recibo, en mi brazo izquierdo, la caricia sensual de una bala.

En mi huída dejo un trazo rojo que salpica las piedras.

Un guardia impávido mira la luna, los fuegos artificiales ocultan el ruido de los disparos, y un enemigo político logra llamar a los bomberos. Pierdo el conocimiento. En “la casa que vence las sombras”, la luz para mí, se apaga.

Paso varios días en el limbo. Despierto finalmente ante la punzada aguda del dolor. Caras amigas mencionan mi nombre y un yeso café delata la operación realizada. Mi mamá suspira aliviada ante mi evidente mejoría. Estoy fuera de peligro, por ahora.

Aunque no lo escucho, sé que lejos el reloj marca las ocho.

En todos lados, siempre, otras caricias de bala.

Los que

Por Gabriela Valdivieso

Laura jugaba con el mercurio de un termómetro cuando un destello ardiente atrapó sus ojos, como los de todos los posibles espectadores. Allí, en el cielo azul se alzó una gran mano blanca con un dedo firme señalando al otro lado. Y arriba, en formas espesas como las nubes dibujadas por infantes, las letras "NO VOLTEEN".

Muchos obedecieron. Esperaron algo más y eventualmente siguieron haciendo cuentas y arreglando las uñas. Enviando mensajes y comprando chicle.

Pero otros muchos, tantos, escogieron diferente. Eran los filósofos, los escritores, los investigadores, los artistas. Más, eran los hombres curiosos y apasionados. Eran los que veían el cielo antes de contemplar la gran mano. Los que leían las letras pequeñas de los billetes, los que pensaban en las hormigas, los que se impresionaban de la unidad del mercurio. Los que derretían la cera y congelaban el alcohol.

Eran los que pensaban, los que imaginaban, los que dudaban. Los que se hacían preguntas. Todos ellos miraron al otro lado y la vieron. Luminosa y oscura, mística y palpable. Allí estaba, desnuda y coqueta, la verdad.

Estaba libre y asible para quienes la buscaban en las bufandas y en las calcomanías, en las aceras y en los resaltadores, en los reflejos y en las ramas. Para todos los que, porque sí, sentían por ella fascinación y compromiso. Fue un instante y el mundo cambió. Para esos muchos.

El cuento de sí

Por Moisés Lárez

Juan Gabriel es un escritor latinoamericano, puede ser haitiano o brasileño. Lo importante es que es de Latinoamérica. Ha publicado un par de libros con un par de reimpresiones, nada más. Ha sido criticado algunas veces en el periódico local y una vez en una página web de los críticos de un país vecino que pudo haber sido República Dominicana o Perú. Nunca ha sido traducido, así que quienes pueden leerlo en Latinoamérica lo hacen en francés o portugués.

Juan Gabriel estaba ese día intentando escribir un cuento. Su cuento se trataba de la historia de un escritor que, como él, nunca había sido traducido y sólo había sido leído por un par de compatriotas. En su historia este personaje decide irse de Latinoamérica y probar suerte en otro país. En otro país ya no es escritor, si no otra cosa, porque, sencillamente no puede serlo, lleva la literatura latinoamericana en la sangre. Antes, el personaje de Juan Gabriel intentó escribir relatos rosa, pero no pudo, sus amigos de ese otro país son mejores. Intentó escribir novela histórica medieval, pero tampoco pudo, le ganan por ventaja. Intentó escribir bestsellers psicológicos y la embarró, lo llamaron “malo”. Entonces, es cuando se dio cuenta de que ya no podía ser escritor; intentó otras cosas y se dio cuenta de que el mundo a alrededor se lo estaba comiendo. El personaje de Juan Gabriel pasó un año sin escribir.

Un día se encuentra con Renée o Renata, su exnovia de Port-au-Prince o Curitiba. Ella está súper cambiada, viste muy bien y se nota la felicidad en su cara. Ese día comieron un helado. Y él conoció la maravillosa vida de ella. “Siempre quise ser de aquí, creo que llevo esta cultura en la sangre. Me adapté inmediatamente”. El personaje se siente perturbado.

Entonces Juan Gabriel se levanta, rompe el papel que había escrito y lo lanza en la papelera. Ahí se ve un libro todo destrozado: Inglés para Dummies.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Sense (Siente)

Por Jessica Marquez

Como no me gustan las entrevistas tradicionales (y eso es bastante decir de alguien que aspira ser periodista), haré esta entrevista como me parece que deberían ser todas: sin traje ni corbata, sin formalidades, con converse desteñidos y una birra en la mano.

1. Jessica, ¿por qué escribir, y no cantar, jugar ajedrez o hacer barcos de papel?

Es una buena pregunta, una que me hice durante muchos años hasta que entendí que no hay una respuesta. Escribo porque lo necesito, porque es mi forma de relacionarme con el mundo, de comprenderlo, hacerlo mío, transformarlo, dialogar con él, de vivirlo. Si no pudiera escribir, nada tendría sentido (recuerda que mi concepción de sentido es un poco particular).

Tengo, sin embargo, una cierta disposición para otras actividades. Hice deporte, toqué varios instrumentos (violín, cuatro, percusión, ahora intento aprender guitarra acústica), e incluso estuve varios años en un coro, pero nunca ninguna de esas actividades llegó a apasionarme verdaderamente. Cuando escribo soy. Me siento completa, it feels right.

2. ¿Qué sientes cuando escribes?

Creo que eso intento explicarlo en mi cuento Gotas de Lluvia. Siento que me elevo, cuando escribo lo hago prácticamente desde el inconciente (para felicidad de Freud). Me expreso sin restricciones, creo que me siento increíblemente libre. Durante muchísimos años escribí únicamente para mí, pero descubrí que el proceso no estaba completo si no había nadie del otro lado. La literatura vive de la relación, del affair del escritor y el lector, en cada página, cada línea, cada punto.

Escribir para mí es como volar, como ser pétalo de rosa o gota de agua o copo de nieve. A veces creo que es incluso no-ser. Cuando escribo no entro en ninguna de las categorías sociales, no pertenezco a nada ni a nadie, ni estoy atada por convencionalismos. Es una sensación que la gente busca emular a través de la adrenalina, saltando de puentes o en parapente, nadando en el mar abierto, navegando, escalando o practicando algún deporte.

Cuando escribo siento paz, emoción, serenidad, miedo, seguridad, ansiedad. He llegado a llorar o a gritar, pero el final siempre es el mismo, paso varias horas en un estado de paz interna maravilloso.

3. ¿Consideras que tienes un estilo particular para escribir?

Eso es como preguntarme si considero que tengo un estilo particular para vestirme, o una forma especial de caminar, o si me río de forma única. Es muy inconsciente. Para mí es colocar los dedos sobre las teclas y dejarlo fluir.

Vivo el mundo como un conjunto de sensaciones, un cúmulo de "cuadros", "momentos", que percibo. Soy una persona kinestésica. Voy por la vida escuchando el sonido del viento, el susurro de los carros, sintiendo la textura del cuero en los autobuses y el frío metálico del metro. Me deleito con el olor a pan recién horneado o el aroma de la hierba húmeda. Puedo pasar horas mirando el cielo, pero lo que más disfruto es cuando descubro un "cuadro", cuando todos los elementos confluyen y puedo sentir el palpitar, el pulso de aquello que yace frente a mí.

Y escribo como soy. No quiero decir con esto que hago interminables descripciones, sino que me arriesgo, sin control alguno, a una escritura fronteriza donde los límites entre la poesía y la narrativa se diluyen en la búsqueda de contar historias que toquen sensibilidades y que involucren al lector en un juego de composición de lo narrado. No todo está dicho. Cada fibra, cada sentido, termina siendo estimulado.

4. ¿Demasiado optimismo? ¿Tarea fácil?

Primero, nada que ver. El odio, la violencia, la muerte, el luto, el dolor... nos persiguen diariamente. Es más, nos acechan. Pero la vida vale la pena. Ser artistas es detenerse, desplazar la mirada y encontrar, en medio de todo aquello que nos nubla la vista, la belleza. Es enfrentarse cada día al mundo desde el sentido estético, desde las posibilidades infinitas y los espacios abiertos; es así como terminas descubriendo las formas hermosas de las hojas de los árboles, los colores del atardecer, la armoniosa composición del perfil de Plaza Venezuela o el ritmo perfecto de la ciudad. Y si escribo así es porque conozco de cerca el odio, la violencia, la muerte, el luto y el dolor, y por ello cada día tengo más ganas de vivir.

No es tarea fácil. Ni remotamente. Lo único sencillo es perderse la belleza de lo que nos rodea. No es un reto encontrar el sentido poético de un cuadro de Reverón, sí en cambio de la avenida Urdaneta.

5. ¿Inquietudes?

¿Qué pasaría si todos los literatos se detuvieran y desplazarán la mirada? ¿Qué surgiría de ese maravilloso experimento?


Link recomendado:
http://www.youtube.com/watch?v=sp5oTgsEiR4&feature=related

lunes, 21 de septiembre de 2009

Closer (to God)


º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_-º-_----


N
adie sabe que estamos aquí, aunque quizá lo sospechan
Imposible, innegable, ineludible, inolvidable
No te dejo desvestir, te desvisto yo
Este deseo quema por dentro. Traspasa nuestras identidades


Incapacita así el último rinn de razonamiento que haya en
Nuestras pieles se rozan, la sensación emerge de nuestros poros
Con este beso te haré dejar de ser tu, ahora serás una fuerza
Hazme perfecto, tus manos me hacen inmortal


Ningún sueño ha sido más perfecto que este
Ayúdame, por favor, a escapar de quien está en el espejo
Incomprensible, irrazonable, irresistible, imperfecto
Las emociones se vuelven pulsos eléctricos, que arda la habitación
Suspira y sentiré tu aliento dentro de mis venas



.



.

Cierra tus ojos, así, que la hermosa máquina no se apague
Liberación, ansiada debajo de tu piel
Odiame y vuélvete tan adicta a mí como yo lo soy a ti
Sólo los ángeles saben cómo esto se siente
Eres todo a lo que yo debería alejarme
Respiro por tu boca, acércame a dios

: : :


: : : : : : : : :

Trovador acróstico.

Por José Leonardo Riera


Cuando lejos estás, inalcanzable,

Ámame como soy.

No vivo en una sociedad perfecta,

Causas y azares

Intercambio.

Ojalá

No basta.


Delirio

El breve espacio en que no estás:

La vida no vale nada.


Esta noche

Llegaste a mí cuerpo abierto,

En saco roto.

Graciela,

Imagínate

Dos historias:

Oh, melancolía.




Sí tengo un hermano,

(Infinitivos),

Lo demás:

Verónica del Mar,

Imaginada.

Oye,


Rabo de nube,

Oye

Después que canta el hombre,

Ríe y bosteza,

Imagínate

Generaciones,

Una mañana azul

En cualquier noche
(escondida en el

Zaguán).

Obertura 1812

Por Moisés Lárez


Pronto sudaremos lentamente como el aceite de oliva cuando se fríe un huevo. Mi
Yo, otro yo y súper yo son la cáscara, que no es verde, ni naranja, sino azul. Ahí
Omar Enrique sonará en la radio, mientras mamá levanta un paredón. ¡No,
Tontos alemanes!, ¡el muro de Berlín ya se cayó!
Río, ruego y rezo a Dios, mientras trato de entrar en el ojo de una aguja, porque


Infeliz sería yo si no entrara por ahí, mientras la
Luna se va pareciendo al huevo frito cuya yema, que salió de la cáscara de mi
Yo, otro yo y súper yo, se va poniendo anaranjada, tímida e
Irritante, como el rojo en la piel de un bebé que se hace encima. ¿Por qué
Carrizo, se tendrá que hacer ahí? Se pregunta ingenuamente la mamá, cuando
Huácalamente tiene que botar todo en la papelera y echarle aceite a


Todo el cuerpo del niño, el mismo aceite que se le echó a la
Cáscara de mi yo, otro yo y súper yo, que no es más que un
Huevo verde o azul o naranja, que no es de pato ni de gallina es de un
Avión que se lo puso al volar al sur, cuando se
Irritó de que su hijo se hiciera encima y su mujer gritara
Kilos quítenme de encima, carga tengo mucha. Así que la calmó con aceite de
Oliva también, como al huevo, las nalgas rojas irritadas del niño y a la
Voluntad de ser feliz que parece título de libro de autoayuda pero que
Sólo es sangría o sandía o silla o sinalefa o simbólica, o en realidad son
Kilómetros de aceite de oliva viviendo dentro de una cáscara que es mi
Yo, otro yo y súper yo cuando narran su historia de vida.

sábado, 19 de septiembre de 2009

La luna se desgarraba Roja la noche

Por Jessica Márquez Gaspar

La luna se desgarraba en ríos de plata, en hilos del más fino algodón. Agobiada por los acontecimientos de aquella noche, parecía contar su testimonio a las estrellas en cómplice murmullo.

Podía observar con claridad la plaza, el jardín adyacente. El rastro de lo sucedido quedaba en el aire, y las gotas de sangre, esparcidas.

La luna sabía bien lo que había pasado. Asombrada, alumbraba a los perpetradores que nadie perseguía. Armados con revólveres transitaban calles estrechas hasta un carro en marcha, con las ropas manchadas de crimen. Se movían entre las sombras.

El cuerpo resplandecía tirado entre los matorrales.

Cómo iba a saber él que ese era su último trago y, más aún, que su secreto no era tal y por él sería perseguido. Ebrio y feliz se sentó en un banco a conversar. Eran pasadas las dos, pero la zona aún vibraba.

La luna estaba en cuarto creciente y alumbraba sin demasiada fuerza. La noche era fresca y poseía una hermosa serenidad, sólo rasgada por tiros nerviosos, pero certeros.

En sus últimos momentos pensaba confusamente en todos aquellos millones, en lo rico que era, aunque sabía que aquello no le pertenecía.

La luna miraba de reojo.

Dos bultos negros salieron de las sombras y se acercaron a un farol cercano.

Él sonreía pensando en su retiro temprano cuando fue identificado. Los hombres caminaron pasando a su lado. Las balas emergieron de la nada y lo dejaron desplomado entre los arbustos, mientras sus amigos repetían su nombre.

Manchada de rojo había quedado la luna. En el silencio podía escucharse su corazón palpitante.

Un Aveo tomó una autopista y se perdió en el fondo negro.

Roja era la noche, y roja la luna.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Encuentro de en-tre-sueño

Por Andrea Gómez

Llego al cuarto donde todo esta oscuro y cálido, me siento y cierro los ojos. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo.
Medito, me lleno de energías, me busco, me siento.
Siento el aire entrar en mi cuerpo, luego cómo pasa por todo el pecho y me alivia.
Me busco a mí misma, a mi alma.
Con esto trato de hallarme en otro plano, el espiritual, el metafísico.
Cada vez me siento más cerca de mí misma, haciendo esto me conozco cada vez más.

Alma: Me hallaste.

Andrea: ¿Esta vez de verdad lo logré?

Alma: Supongo, siempre estoy aquí sólo que hay que tenerme paciencia, cosa que has logrado alcanzar con el paso del tiempo.

Andrea: Sí, bueno, últimamente más que nunca... He tratado de encontrarte. Siento que ha llegado el momento de tener una conversación. Tanto tú como yo nos debemos explicaciones.

Alma: Ya que insistes y estás tan segura... empecemos. ¿Por qué has cambiado tanto últimamente? Recuerdo que antes no te solía interesar mucho, ¿qué te hizo querer reconectarte?

Andrea: Bueno, ok, empieza tú… Jajaja. Sí, la verdad es que he cambiado mucho. Últimamente (y hablo de tres años aproximadamente) me he sentido algo sola. No sola de que necesito compañía, siento que estoy sola en esta realidad. Creo que el mundo y con ello la gente está cambiando. Ya nadie le presta atención a lo verdadero y lo importante, somos pocos los que tratamos de luchar para ser escuchados y lamentablemente muchos se están cansando y dejando de gritar. Quiero reconectarme porque tú, mas que nadie, tienes las respuestas. Tengo entendido que tú todo lo sabes. Quiero que me ayudes.

Alma: Si tuviera la libertad de ayudarte ya lo habría hecho. Soy la última persona que quiere verte sufrir. Me gusta esta amistad aunque sé que es imposible. Yo hoy no puedo darte respuesta. Cuando de ti nada más quede yo lo entenderás. Ahora es simplemente muy complicado… Me estabas diciendo que sientes que nadie te oye ni te entiende, ¿por qué lo dices?, ¿qué haces tú para que la gente escuchar tus gritos?

Andrea: ¿Entonces cuando muera lo entenderé? ¿Esa es la solución de todo? ¿Que muera y deje de luchar para mejorar el mundo?

Alma: ¡No! No dije eso. Quise decir que dejes de buscar respuestas a cosas que ahora no podrás entender. Te pido que no dejes que tus preguntas y pensamientos negativos interfieran con lo que tratas de hacer... Aunque en realidad todavía no entiendo que tratas de hacer, explícame.

Andrea: No, espera, parar nunca ha sido una opción. ¿De verdad no entiendes qué trato de hacer? Pensé que me conocías un poco mejor que eso. Bueno, mi meta es ser escritora de libros sobre filosofía. Quiero que la gente pueda entenderla de una manera más fácil y simple. Con resúmenes que sean fáciles para iniciarse en ella... algo así como Savater, aunque no me gusta elegir un modelo a seguir. Quiero que sea divertido aprender sobre la historia y los pensamientos de alguien, que la gente lea mis opiniones y comparaciones con el mundo actual. En fin, tengo muchos libros escritos (por ahora) en mi cabeza.

Alma: Hmm, ¿y eso es todo? ¿Simplemente quieres ser escritora? ¿Escribirás toda tu vida? Sabes que la escritura es uno de los artes más difíciles. Es complicado que tus libros sean leídos y se conviertan en algo importante.

Andrea: Claro, lo sé, yo no busco fama. Me conformo con que una persona aprenda algo de mis libros. Aunque no... no sólo deseo ser escritora. Quiero enseñar también, ser profesora. Y por supuesto la música, siempre tendré allá la música. No creas que no he considerado llevar mi "carrera" musical mucho mas lejos. Amo tocar el piano y me gusta que la gente lo disfrute... mi problema es el miedo escénico. Es algo que va más allá de mí y todavía no he podido superarlo.

Alma: Nunca pierdes la oportunidad de lograr superar tus miedos, Andrea.

Andrea: Lo sé, alma, sólo que no me siento a gusto con la gente observándome. Siento que me juzgan y critican al sólo verme. Aunque no me considero una persona tímida, para nada, además de que me importa muy poco lo que la gente piense de mí, mi problema es que las grandes multitudes me intimidan.

Alma: Entiendo… Sabes, tengo otra gran inquietud. Te voy a pedir que me hables un poco más de esta entrevista, de por qué la haces... ¿Para quién escribes esto?

Andrea: Esto es para mi blog, me pidieron que me hiciera una autoentrevista y solo pensé en ti. ¿Quién mejor entrevistador que tu propia alma? ¡Ja! Claro, con esto también va la próxima pauta... yo sé que esperan que tenga algo que ver con almas pero pienso llegar un poco más lejos y sorprenderlos con otra cosa. ¿Tienes otra cosa que quieras preguntarme antes que abra los ojos?

Alma: ¡Sí! Quiero que me digas por qué no te gusta esta época. Siempre me lo he preguntando y me hace sentir mal porque después de todo yo fui la que elegí esta época para ti, es decir, para nosotras.

Andrea: No te sientas mal, aunque tienes razón, siempre he odiado esta época. Siento que en este momento el mundo está en crisis. Por todos lados hay conflictos y guerras, sólo importa el dinero que tienes y de qué marca es tu camisa. La tecnología es otra cosa que detesto. Eso de que siempre tengas que contestar el teléfono a cualquier persona que llame… Me siento como bajo observación y vigilancia. No hay privacidad. Estas son sólo algunas cosas. Lo peor es la pérdida de respeto por todo y todos. Ya nadie se respeta, hasta la música es irrespetuosa. Creo que soy una vieja atrapada en una niña. En fin, todo es una locura... Sinceramente no puedo imaginarme viviendo en otra época, así que supongo que elegiste bien. Chao.

Alma: ¡Chao!


Abro los ojos y sigo respirando. Siento que ha sido una buena conversación. Me quedo sentada un rato más y me levanto esperanzada.

Depende… del cristal con que se mire

Por Jessica Márquez Gaspar

Lentes de pasta negro. Cuadrados con bordes redondeados. Pequeños.

Hace seis meses que mis lentes reposan sobre mi nariz. Simbolizan el inicio de la mejor etapa de mi vida, una en la que, sin necesidad de retiros espirituales ni de experiencias cercanas a la muerte, me he descubierto a mí misma. He aceptado quién soy y lo que me hace feliz.

Las puertas son oportunidades. Detrás de cada una respiran superficialmente las posibilidades, expectantes, agazapadas. A veces reposan también, encadenadas, las verdades ocultas, los deseos reprimidos, y todo aquello que nos atemoriza.

Abrirlas no es fácil. Pero es lo que nos exige la vida día a día para ser felices.

(Tal vez me equivoque al escribir esto, pero es mi verdadera historia.)

A veces detrás de las puertas yacen historias tímidas que no han sido narradas. Que esperan adormiladas volverse verbo, ser lenguaje y cumplir con su función última: ser leídas por otros.

Hace unos meses entendí todo esto, y decidí abrir puertas compulsivamente.

De ellas emergió un torbellino. No de cursilerías, nada de estrellas, corazones y esas cosas, sino de paz, de honestidad, de nuevos ciclos, de nuevas miradas.

Desde entonces vivo acompañada de mis personajes, mis nuevos y viejos amigos, y una mirada sincera hacia la figura que me devuelve la mirada todas las mañanas.

Ahora sé que detrás de mis lentes negros vive una escritora, y no tengo miedo de que otros también lo sepan.

YO ME AMO

Noelia: si yo fuera como ella, me enamoraria.
Cristal: tu que?
Noelia: me enamoraria, si yo fuera como ella. me enamoraria de mi.
Cristal: deberias amarte mas...como tu psiquiatra, realmente lo recomiendo.
Noelia: si..quiza sea tiempo de untarme chocolate. sublimacion, le llaman.

- yo no nunca me quise realmente fuera de lo justamente necesario para no morirme. y sin embargo, el pensamiento de hacerlo, me rondaba la cabeza como una marcha funebre.-

Cristal: haremos unos ejercicios para la autosatisfaccion,ok.
Noelia: ¿me masturbare Adelante suyo? no se ofenda Cristal, pero usted no me genera ni el mas intimo morbo, y no porque no la considere...
Cristal: no es eso..
Noelia: ...lo suficientemente atractiva, solo que a mis ojos no me parece, digo, esteticamente hablando.
Cristal: dejame terminar...
Noelia: no, no queiro que se ofenda, Doctora, solo que, bueno, en realidad, si pudiera, ponerme una pornito yo podria, en verdad, es por el bien del tratamiento, total, usted me cobra cien bolivares la hora...
Cristal: ES UN TRATAMIENTO EMOCIONAL, PARECES UNA CARAJITA!!
NOELIA: ah! ya veo, que bueno que me lo menciona, porque no queria llamarla fea innecesariamente, vale, venga.

- empezo mi larga diatriba emocional. amarse a si mismo es solo la mitad del trabajo que requiere la persona para ser feliz, todo lo demas lo constituyen elementos sociales. ¿se acuerdan de la edad media? cuando todo lo que necesitabas era una parcelita, una ida a la iglesia, amigos que no te acusen de brujeria y una señor feudal que no sean tan malvado.Naci en mala hora.-

Cristal: primero, debes verte en el espejo y decirme que ves.
Noelia: nada.
Cristal: se seria, por favor. dime que ves.
Noelia: mi cara, espinillas, sobre peso y..y creo que una cana, ¡maldicion! una cana. tengo 24...
Cristal. 25.
Noelia: 24 y ya tengo una cana. creo que tambien veo una arruga en la frente. paso demasiada rabia a veces, yo sabia que no podria ser inmortal.
Cristal: pero si como Munra.
Noellia: (maldita gorda) vale, cual es el tratamiento?.
Cristal: mira el espejo y fijamente, repite en tu mente: "yo me amo". y luego lo diras, cuando estes lista, en voz alta.
Noelia: no me jodas Cristal. no hare esa pendejada, comprendo que mi mama ya pago dos horas de consulta, pero eso de ponerme cursi con un espejo y mas conmigo misma, perfiero la locura, si es que ese ejericio no me pone mas loca.
Cristal: Noelia, es la unica forma en que llegues a aceptarte como eres, por favor, solo, mirate al espejo y di que te amas.

.- entonces me puse frente a un espejo de cuerpo entero, me mire a los ojos y la vi a ella. no podia reconocerla, tenia veintitantos años y estaba triste. que buscaba conmigo ahora, esa desconocida tenia la mirada vacia y la boca cerrada como un puño histerico. odiaba y me odiaba a mi.-

Noelia: (pensando) "yo me amo"
Noelia del espejo: no. tu no te amas.
Noelia: ay! no me jodas tu tambien, claro que te amo. ¿como no hacerlo? no vives conmigo, no comes conmigo, no me dejas sola ni un minuto. claro que te amo, debo hacerlo o me abrire el vientre con un cuchillo de mantequilla.
Noelia: debes amarme porque lees mas cohelo del que estas dispuesta a admitir, pero no me amas en realidad. no soy lo que quieres ¿verdad?
Noelia: "yo me amo".
Noelia: no no me amas. odias la mentira, ambas odiamos cuando nos mienten. dime ¿que quieres?.
Noelia: quiero que seas mejor. no tienes ni idea de los problemas que me ocasionas: eres despistada, imprudente y atolondrada. no se puede ir con una persona asi por el mundo, es molesto, fastidioso y de paso inconveniente. quiero que cambies, y que lo hagas ya.
Noelia: ya veo. y me lo dice una persona que ha buscado matarse a los 16 años. que interesante.
Noelia: eso no importa ahora. si fueras mejor persona, no hubiera sido falta que buscara matarme.
Noelia: vale, te creo. y como se supone que actua el cambio, si yo estoy aqui y tu estas alla.seria mejor que tu cambiaras y luego yo siguiera el ejemplo.
Noelia: ahh claro, el camino facil, ¿verdad?
Noelia: el camino facil, lo estas buscando tu. yo solo repito lo que veo. vale, ¿que quieres? what do you want?. ¿viste? hasta hablo mejor el ingles que tu.
Noelia: quiero ser mas delgada y quiero tener una casa para vivir con cientos de gatos y perros, no tener vecinos y que me paguen solo por existir.
Noelia: esta es la parte en la que huyes. vale, esas cosas no puedo hacerlas posible, y de poder, tampoco lo haria, porque me daria pena verme a mi misma de esa manera...ademas, no me gusta los gatos ni los parasitismos...next!
Noelia: maldicion!! vale, mira, hagamos una tregua. dame el reflejo de una persona grande y yo mejorare para que tu te veas mejor.
Noelia: ¿y de quien? de alguna estrella de cine no sera, todo el mundo quiere ser como Paris Hilton pero estoy segura que ni ella quiere ser como ella. odio a la gente que no se conforma con lo que tiene, ni con lo que es...next!
Noelia: maldita Noelia, no me la pones facil...ah! estoy tan deprimida, que si pudiera cambiar mi lugar con el gato, lo haria.
Noelia: pero, no te entiendo, ¿esperabas algo de mi? ¿buscas algo de mi?. dimelo, de otra manera nunca encontraremos juntas el vellocino de oro, y no te lo digo porque disfrute mucho de tu compañia, he?
Noelia: quiza, yo, buscaba algo mas de mi a esta edad,no lo sé. quiza hubiera sido mas feliz, si hubiera podido mantener mi anterior relacion o seguir siendo una barbie girl pero engorde mucho. Noelia, en esta posicion, yo nunca podria amarte como deberia, aun si te importara realmente.
Noelia: lo sé. hagamos algo, toma mi mano y cerremos los ojos, si es por Cristal, tranquila, hable con su reflejo esta mañana y me dijo que intento suicidarse anoche. ¿ves? siempre hay gente mas patetica que uno mismo.ahora ven y dame las manos.

.- ella saco las manos del espejo y yo se las tome, estaban heladas y eran blancas, muuy blancas, como si hubiera estado encerrada en una jaula por mucho tiempo. me miro a los ojos y eran verdes y tenia el cabello negro y extenso como una cortina y de ella se asomaban niños diminutos que se trepaban por sus piernas y sus brazos, encima de su cabeza aparecieron monos y perros, pero detras de su cabello que se alargaba mas y mas, se asomaban los ojos grises de los gatos y en ellos vi a papa y a mama que se alejaban llorando.-

Noelia: no entiendo esto.
Noelia: he ahi la deconstruccion. tu puedes venir aqui si quieres, yo podria, adelgazar y hacer todo lo que tu sueñas realidad, no es dificil, de hecho, eres una persona bastante sencilla. yo todo lo puedo, solo entra y toma mi lugar, podrias viajar por el mundo a traves de todos los espejos de la tierra: baños, habitaciones, casa ricas, casas pobres, edifcios, campamentos. tu podrias.
Noelia: y como haria para salir?
Noelia: eso es lo de menos. ¿para que quieres salir, de todas formas? si no eres feliz viviendo de esta manera. mira, detras de mi hay otro mundo y detras de este otros y otros mas, en diferentes tiempos y situaciones. todos son mundos y estan aqui.
Noelia: yo me amo.
Noelia: no,no lo haces, porque si lo hicieras, soltarias mis manos.

.- la arruga volvio asomarse en su frente. su cara se le deformo un poco con una muesca grotesca y oscura, los perros desaparecieron y los niños se desintegraron en millares de celulas y polvo que salieron del espejo para dispersarse en el cuarto.-

Noelia: sabes lo que tienes que hacer.
Noelia: será facil. de paso, nos haremos el favor de amarnos cada dia mas, seremos la pareja perfecta.
Noelia: no me ames si no quieres, pero no hace falta que huyas tan tontamente. detras mi no hay nada que tu no tengas ni nada que no puedas tener. tienes todo lo que necesitas ahora.si alguna vez intentas cortarte el vientre con un cuchillo para mantequilla, ven a verme y no me digas que me amas, solo toma mis manos y entra.
Noelia: "yo me amo"
Noelia: dilo en voz alta, para que Cristal nos deje ir, y dejemos el falso juego del cariño. como si amarse a uno mismo fuera suficiente para querer lo mejor para uno-
Noelia: "YO ME AMO"

.- Noelia del espejo, se vio como Noelia la del cuarto. pero un poco mas madura. quiza si no huyera del todo y quisiera proyectarse igual pero un poco mejor, entonces no tendria que pagar las deudas de Cristal, porque seria suficiente conmigo para ser feliz, aun estando sola. no se ama, pero se gusta bastante y eso es suficiente, por lo menos para mi.-

Cristal: ¿ves? Como era de facil. ahora, cuando llegues a tu casa, te lo dices todas las mañanas y poco a poco veras como tu imagen corporal va cambiando y te sentiras mejor.
Noelia: gracias Cristal. por ahora debo irme. ¿pago en caja como siempre?.
Cristal: porsupuesto..Noelia..antes de irte..
Noelia: por cierto, Cristal, esta noche, cuando necesites una navaja para esas lindas muñecas que tienes, solo, pidela prestada.

martes, 15 de septiembre de 2009

Opuesto consciente

Por José Leonardo Riera

Quiero ser, y dejar de decir. Quiero hacer, y dejar de pensar. Es por esto que, mirando lo que me rodea, digo lo que pienso de lo que soy, y de lo que no hago.

Porque me he dado cuenta de que querer no basta. Me he dado cuenta de que criticar no basta. Querer, y criticar, sólo tiene sentido cuando se actúa.

Más allá de eso, aunque me doy cuenta, sólo sé oponerme. Es esa mi razón de ser. Por eso no cambio, por eso sigo queriendo, sólo que ahora…

Quisiera dejar de oponerme, quisiera apoyar.

Quisiera dejar de criticar, quisiera actuar.

Quisiera que las manos blancas no estén en las paredes, sino que estén en las herramientas que las construyan.

Quisiera hablar de pobreza sólo cuando la vivo y, por ende, trato de transformarla. Quisiera hablar de pobreza, no por medio de los BlackBerry’s, ni por el Messenger de mi laptop, quisiera hablar de pobreza en un barrio en donde un Consejo Comunal está reunido buscando soluciones, no para salir de su pobreza, pero sí para hacer un país mejor.

Quisiera que mis amigos sepan que ser pobre es ser insuficiente.

Quisiera no hablar de socialismo, pero quisiera que a la gente de mi pueblo no se le llame populacho, se le llame ciudadanos, a todos por igual. Quiero sentirme indignado de llamar ignorantes a los míos.

Quisiera hablar de la educación, sólo cuando educo.



Quisiera, por primera vez en mi vida, hacer algo útil para mi país.

Quisiera hablar de libertad de expresión, mientras hablo de amor, de trabajo, de esperanza.

Quisiera, aunque me cueste, admitir que le temo al cambio.

Quisiera dejar de esperar los cambios, quisiera promoverlos.

Quisiera empezar a actuar, pues es mi trabajo el que debe ayudar a mi país.

Quisiera decir Venezuela, cuando trabajo por ella, para ella, en ella. Dejar de huir porque

Quisiera, dejar de leer y empezar a escribir. Dejar de escribir, y empezar a actuar.

Quisiera construir, no destruir lo que otros construyen.

Hombre Muerto Caminando: Doppelgänger


(para la historia original de Matthew Stark en Nueva Noir, haz clic acá.)

El sonido de explosión, cuando halas el gatillo de un arma, no se produce por ese fogonazo que ves en el cañón. Disparas, la aguja percutora pega en el corazón de la bala, el casquillo se eyecta por un lateral y el proyectil viaja, verdugo invisible, a velocidades que quebrantan la barrera del sonido. De ahí, el trueno mortal.

Mientras Krashnamir Karamazov corría por las azoteas de Nueva Noir, me pregunté: “¿Podré saber que dispara si los gritos de la lluvia esconden los campanazos de su arma?”

Corría como si fuese la temporada de cacería de pistoleros rusos. Entre las ruinas de castillos modernos que eran estas azoteas, llevaba los ojos bien abiertos para no tropezar y caer bajo la garganta de la muerte. Cada tantos segundos, daba media vuelta y abría fuego hacia mí, a lo ciego. Llevaba un revólver calibre treinta y ocho con balas punta hueca. En cristiano, en el momento que uno de esos proyectiles impactara contra mí, el calor interno las expandiría, resultando en una explosión de carne, sangre y sueños de venganza rotos dentro de mí. Yo, unos treinta pasos más atrás, no necesitaba de balas que escupieran pirañas asesinas. Mi beretta esperaba, paciente, el segundo de la venerada retribución. La diosa Némesis no renegaría de nosotros ahora.

Tomé cubierta tras una torre de agua y me separé de los bordes. Predecible, Krashnamir disparó tres veces hacia mí, dejando sendos huecos en la torre, haciéndola sangrar transparente. Me agaché y vi sus piernas, dando media vuelta y corriendo a su destino.

Él, junto a sus dos hermanos, la mafia rusa de Nueva Noir y todas las hordas del infierno estaban decididas a destruirme, al fiscal insigne caído en desgracia. Tras un poderoso atentado y siete balas arropadas con mis entrañas, casi lo logran. Pero “un poquito muerto” y “muy muerto” no tienen diferencias. Sobreviví cuando no debí y la única forma de emerger de este pozo de mierda y sangre, es a través del humo de la pólvora. Supongo que podrías decir que hierba mala nunca muere.

—¡Mis hermanos van detrás de ti, Stark! —gritó, disparando a ciegas hacia atrás— ¡Piensa en lo que te harán si me pasa algo!

Lo había pensado, claro que sí.

Los Hermanos Karamazov, los mejores asesinos de Gulachnoff, líder de la mafia y artífice de mi atentado. Ilich, el pistolero, Kholia, el luchador y Krashnamir, el replicante; siempre que eran mencionados en mis años de fiscal bueno y justo eran descartados como un cuento de hadas, lo que dices para explicar un caso que no tiene evidencias, un rumor en el bajo mundo al que la policía temía y los malvivientes aspiraban ser.

Dando persecución al asesino, parecemos los arquetípicos gemelos destinados a destruirse. Si tomé esta noche como la elegida para mi venganza, no fue por azar; Krashnamir Karamazov iba a dispararle con una de sus balas rojas a Vernie Vega, el Alcalde de Nueva Noir, en una aparición pública de beneficencia, paralizada por la lluvia. Aunque Vernie es buen amigo mío, mis motivos para intervenir no son del todo filantrópicos; Krashnamir iba disfrazado de mí, desde el abrigo y la camisa blanca, al corte de cabello y la pérdida de peso que sufrí recuperándome.

Una vez le disparara a Vega, en la distancia ¿quién podría decir que el asesino no era yo?

Tenía que terminar con esto. Y para terminar con esto, tenía que terminar con él. Sus hermanos vendrían luego por mí. El dragón se muerde la cola, el ciclo condenado a repetirse. Cien balas y demasiados bastardos. Este era un juego que yo no podía ganar, pero era demasiado orgulloso como para claudicar.

Un segundo de inflexión para terminarlo todo: él se detiene junto a la gran calefacción del edificio a nuestros pies y da media vuelta. Juego mi mano; de medio lado, disparo, mi beretta da un grito mudo bajo la lluvia. La bala pega en la calefacción junto a él, rebotando, dando un chispazo que le perturba y le hace disparar al suelo. Es entonces, en ese momento de su distracción, que me tomo mi tiempo. Apunto a la expresión de lenta resignación de mi gemelo malvado. Un clic más de mi pistola y todo ha acabado.

Poniéndole la soga al cuello a él, me la he puesto a mí.

Como la ira de los demonios, un vendaval arreció y me forzó a sujetarme las solapas del abrigo en un puño. La advertencia simbólica estaba clara. Vendrían por mí y no habría clemencia.

Me asomé por la cornisa. Metros debajo, Vernie Vega esperaba para dar su discurso sobre esperanza y la posibilidad de superar las adversidades. Ese discurso me haría bien ahora. Lástima que no tengo tiempo para oírlo.


Acuosa

Por Gabriela Valdivieso

Le pregunté a un fiscal cómo llegar a la felicidad y se quitó la gorra. Le pregunté a un viejo y señaló el cielo. Le pregunté a una niña y me dijo firme "¡por allá!". Seguí la directriz de su dedo índice y lejos, al final del mundo, encontré un lago.

Me incliné sobre su orilla y detrás de mi reflejo vi quién quería ser. Yo, pero vaporosa, libre, clara y estable. Como el agua. Anhelé sus formas. Deseé su fluidez y su pasividad. Su fuerza y su adaptabilidad. Pedí al cosmos ser más yo, pero más agua. Quise de ella su confianza y su continuidad. Su seguridad. Su certeza de que no hay camino infértil, de que no hay barrera o fin posible. Su convicción de que el camino recorrido es el correcto. Segura de que todo estará bien.

Y como ha dicho una luz, ver ese reflejo ayudó. Imaginar que pensaré que todo estará bien es empezar a pensar que todo lo está, en realidad. Es confiar. Es empezar a vivir el sueño. Es abrir las manos a la lluvia.


* Ideas inspiradas por: esta caricatura y esta amiga.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Yo (corazón) Disney Channel

Por Moisés Lárez

Yo amo a los Jonas Brothers. En mi juventud sueño ser uno de ellos. Me encantaría ser Joe porque tiene el pelo lisito y a las chicas más lindas les gusta él. Creo que lo único malo de los Jonas es que no son catires, eso los haría perfectos y geniales. Lo bueno de ser un Jonas es toda esa fanaticada que te persigue y te alaba como un dios. Y sí hay que poner esfuerzo: hay que saber actuar, también dar vueltas por los aires y bailar.

Cuando crezca quiero vivir en una casa grandota con cinco habitaciones y cuatro baños, pero sólo quiero tener dos hijos; que cuando sea diciembre se llene todo de nieve en los alrededores y en el techo, que haya un lago atrás en el patio donde tenga que explicarles a mis hijos que los patos del lago se fueron a pasar el frío al sur. Quiero trabajar muy duro, pero hacerle saber al jefe que mi familia es lo primero, así que no me perderé ningún partido de fútbol de algún hijo mío. Quiero darles las mejores comodidades y facilidades, así tendrán las mejores oportunidades. Quisiera que ellos pudieran ser Jonas en su juventud como yo lo fui.

Quiero vivir cien años para ver a mis nietos graduados de la universidad. A esa edad quiero tener pocas arrugas, así usaré todas las cremas antiarrugas Nivea que para esa fecha deben ser bien modernas. Quiero poder caminar, leer, oír y expresarme bien a los cien. Quiero ser realmente independiente a esa edad. Quiero que mi familia no me llore, quiero que me olviden rápido, pero que siempre me tengan presente. Quiero que mis nietos sigan mi ejemplo y hagan todo como yo lo hice, hasta que un día la humanidad esté tan avanzada que terminen siendo los hombres más felices en una nave espacial como la de Wall·E.

El peregrino

Por Guillermo Geraldo

Entre ciegos quiero ser luz de nuevo amanecer, aquella llama que alumbra entre algunos que han quedado cegados por el miedo, que se sumergen en la oscuridad de cuevas de ignorancia. Quiero ser el peregrino que los traslade por el camino de la esperanza, formando cimientos concretos, expulsándolos de tierras movedizas donde invidentes de ideas se encuentran, se hunden. Convirtiendo al populacho en visionarios, tentados por pasión a patria, alimentados de sueños, de luchar.

Entre los que han quedado empapados del temor, huérfanos de coraje, afónicos de voz para hablar en un país donde el silencio y la barbarie hacen de piano y violonchelo en la octava sinfonía del disfraz de socialismo, que entre sus músicos destacan la mediocridad, un artista llamado represión y un director llamado dictador. Entre esta muchedumbre quiero ser aquel que incite a los mudos a cantar libertad.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Al otro lado

Por Samar Hokche

Es difícil encontrar las palabras adecuadas, cuando en el fondo ya ella sabe todo sobre mí. Nos sentamos frente a frente, nuestros rostros palidecían –tal vez por falta de sol–. Ella mantenía la calma y me miraba fijamente a los ojos, mientras que yo jugaba con mi cabello. Debo admitir que estaba nerviosa. Después de unos largos minutos de espera, se interrumpió el silencio. Tomó la iniciativa, y como es de costumbre, fue directo al grano.

Serena: Supongo que quieres llegar a algo con todo esto, pero sigo sin entender ¿por qué yo tengo que estar involucrada? –preguntó con una voz acusadora.

Sammy: Bueno te escogí a ti especialmente ya que eres la única que me muestra en realidad la persona que soy en el fondo –baje la mirada por vergüenza.

Serena: En definitiva, no discutiré eso. ¡Te creo! –me regaló esa sonrisa de triunfadora que veo muy a menudo en su rostro–. Y a todas estas, ¿se podría saber el motivo por el cuál te has interesado en escribir estos últimos meses?

Sammy: –Tomé un respiro y junté mis manos– Tú sabes muy bien lo difícil que es para mí expresar lo que siento –asintió dulcemente–, me toma mucho tiempo a diferencia de ti. Y he descubierto que al escribir puedo llegar, de cierta forma, a liberarme de todo, a demostrar en una hoja en blanco lo que llevo por dentro, todas esas angustias, tristezas y sueños que han llenado mi cabeza por años, las cual no me dejan dormir muchas veces.

Serena: ¿Qué te puedo decir? Me alegra que hayas podido encontrar un lugar donde te sientas cómoda con tus sentimientos. Sin embargo, eres una persona que pierde valioso tiempo fantaseando por la vida. Te repito esto por lo menos una vez a la semana, ¿no crees que es hora de cambiar?

Sammy: ¡Ya lo sé! –me irritaba que siempre llegábamos a este punto en la conversación, punto que más bien yo trataba de evitar en lo posible.

Serena: Es uno de tus grandes errores. –Ella era increíble, nunca alzaba el tono de voz en momentos de tensión, ¡nunca!

Sammy: Uno de mis errores –volvió el silencio por unos segundos–. Yo disfruto de los simples placeres, como es soñar despierto. Dejo que mi imaginación tome su propio rumbo, ¿y sabes cuál es la mejor parte de todo?,

Serena: No, ilústrame.

Sammy: Que no existen normas o leyes para regularlo, nadie te puede decir cómo se supone que lo tienes que hacer, y gracias a Dios, porque en este mundo sobra gente que piensa que lo sabe todo, y para colmo te quieren enseñar.

Serena: Es lindo recurrir a eso de vez en cuando, pero acuérdate que estoy aquí justamente para ayudarte con tus problemas. Tú me elegiste.

Sammy: –Sonreí, lo peor ya había pasado– ¡Gracias! Debo confesar que eres mi admiración, y si vamos más lejos, también mi modelo a seguir.

Serena: ¿Ah sí? ¿A qué se debe tanto halago?, pero no me malinterpretes te lo agradezco de corazón.

Sammy: ¿No has captado mi mensaje aún? Tú eres el reflejo de lo que yo quiero llegar a ser, una persona centrada, tranquila en todo momento. Que sabe sin dudar qué quiere de la vida y cómo conseguirlo. Que sueña por algo y va tras eso, sin impórtale los mil y un obstáculos que pueda encontrar en su camino. No tiene miedo a gritar al viento lo que siente, tratando de no herir a segundos. En caso que te lo preguntes, ¡sí quiero cambiar! –mis manos temblaban–.

Serena: Entonces empieza. ¿No lo percibes? Tú me creaste, Sam, yo soy tu concepción de tu ser mejorado, por lo tanto si tu eres capaz de imaginarme, eres capaz de lograrme, y estoy segura que triunfarás si no me abandonas.

Sammy: –Mis ojos se nublaron, no puedo impedirlo soy muy sensible–. Es difícil algunas veces.

Serena: Es cuestión de tiempo.

Sammy: -Suspiré-. Tienes razón, después de todo creo que funcionó esta pequeña charla, ¿no?

Serena: ¡Uff! Como tú no tienes idea. Nos vemos pronto.

Sammy: No tengo duda de eso.

Cerré los ojos, aparté mi mirada del espejo, preguntándome en la soledad de mi mente cómo se ven los demás cuando se miran a sí mismos, qué querrán llegar a ser. Y se imaginan cuántos secretos se guardan al otro lado de nosotros, al otro lado de nuestros reflejos, al otro lado del espejo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Cubalibre

Por Jessica Márquez Gaspar

-¿Qué quiere esta noche el señor?
-¡Dame un cubalibre, papá!

Tintineo de hielo. 4 dedos de ron, 3 dedos de Coca-Cola. Vaso largo. Limón.

Un grito que se alza al unísono mientras muchos vasos se alzan en el aire: ¡Viva Cuba Libre!

Un trago. Dos tragos.

Fidel tomó el poder al bajar de Sierra Maestra hasta La Havana. La Revolución ha comenzado.

Tres tragos. Cuatro trago. La bebida está en su punto. Otro brindis.

El sueño toma forma. El pueblo cubano empieza a vivir la Revolución. Alfabetización. Medicinas. No más capitalismo.

Cinco tragos. Agite de la bebida. El hielo comienza a derretirse. “¡Viva Cuba Libre!”, gritan entusiasmados.

Se cierran los casinos, se mantienen los burdeles.

Seis tragos. Siete tragos. El fondo del vaso se acerca. Las conversaciones continúan, pero ya nadie brinda.

Poco a poco se acerca la Dictadura y con ella el Bloqueo. Censura a los medios.

Ocho tragos. Nueve tragos. El silencio empieza a apoderarse de los presentes.

¿En qué se ha convertido Cuba?

Diez tragos. Queda un fondo de ron en el vaso.

Se desarma el sueño. Se cae la careta. Pobreza.

El vaso está vacío. Son pocos los que quedan en el bar. Limpio con un paño blanco. John levanta la mirada, con tristeza.

Cuarenta años han pasado.

Preguntó nuevamente, y John responde con la melancolía del sueño perdido:

-¿Qué quiere esta noche el señor?
-Dame un cubalibre… papá.