miércoles, 23 de septiembre de 2009

Sense (Siente)

Por Jessica Marquez

Como no me gustan las entrevistas tradicionales (y eso es bastante decir de alguien que aspira ser periodista), haré esta entrevista como me parece que deberían ser todas: sin traje ni corbata, sin formalidades, con converse desteñidos y una birra en la mano.

1. Jessica, ¿por qué escribir, y no cantar, jugar ajedrez o hacer barcos de papel?

Es una buena pregunta, una que me hice durante muchos años hasta que entendí que no hay una respuesta. Escribo porque lo necesito, porque es mi forma de relacionarme con el mundo, de comprenderlo, hacerlo mío, transformarlo, dialogar con él, de vivirlo. Si no pudiera escribir, nada tendría sentido (recuerda que mi concepción de sentido es un poco particular).

Tengo, sin embargo, una cierta disposición para otras actividades. Hice deporte, toqué varios instrumentos (violín, cuatro, percusión, ahora intento aprender guitarra acústica), e incluso estuve varios años en un coro, pero nunca ninguna de esas actividades llegó a apasionarme verdaderamente. Cuando escribo soy. Me siento completa, it feels right.

2. ¿Qué sientes cuando escribes?

Creo que eso intento explicarlo en mi cuento Gotas de Lluvia. Siento que me elevo, cuando escribo lo hago prácticamente desde el inconciente (para felicidad de Freud). Me expreso sin restricciones, creo que me siento increíblemente libre. Durante muchísimos años escribí únicamente para mí, pero descubrí que el proceso no estaba completo si no había nadie del otro lado. La literatura vive de la relación, del affair del escritor y el lector, en cada página, cada línea, cada punto.

Escribir para mí es como volar, como ser pétalo de rosa o gota de agua o copo de nieve. A veces creo que es incluso no-ser. Cuando escribo no entro en ninguna de las categorías sociales, no pertenezco a nada ni a nadie, ni estoy atada por convencionalismos. Es una sensación que la gente busca emular a través de la adrenalina, saltando de puentes o en parapente, nadando en el mar abierto, navegando, escalando o practicando algún deporte.

Cuando escribo siento paz, emoción, serenidad, miedo, seguridad, ansiedad. He llegado a llorar o a gritar, pero el final siempre es el mismo, paso varias horas en un estado de paz interna maravilloso.

3. ¿Consideras que tienes un estilo particular para escribir?

Eso es como preguntarme si considero que tengo un estilo particular para vestirme, o una forma especial de caminar, o si me río de forma única. Es muy inconsciente. Para mí es colocar los dedos sobre las teclas y dejarlo fluir.

Vivo el mundo como un conjunto de sensaciones, un cúmulo de "cuadros", "momentos", que percibo. Soy una persona kinestésica. Voy por la vida escuchando el sonido del viento, el susurro de los carros, sintiendo la textura del cuero en los autobuses y el frío metálico del metro. Me deleito con el olor a pan recién horneado o el aroma de la hierba húmeda. Puedo pasar horas mirando el cielo, pero lo que más disfruto es cuando descubro un "cuadro", cuando todos los elementos confluyen y puedo sentir el palpitar, el pulso de aquello que yace frente a mí.

Y escribo como soy. No quiero decir con esto que hago interminables descripciones, sino que me arriesgo, sin control alguno, a una escritura fronteriza donde los límites entre la poesía y la narrativa se diluyen en la búsqueda de contar historias que toquen sensibilidades y que involucren al lector en un juego de composición de lo narrado. No todo está dicho. Cada fibra, cada sentido, termina siendo estimulado.

4. ¿Demasiado optimismo? ¿Tarea fácil?

Primero, nada que ver. El odio, la violencia, la muerte, el luto, el dolor... nos persiguen diariamente. Es más, nos acechan. Pero la vida vale la pena. Ser artistas es detenerse, desplazar la mirada y encontrar, en medio de todo aquello que nos nubla la vista, la belleza. Es enfrentarse cada día al mundo desde el sentido estético, desde las posibilidades infinitas y los espacios abiertos; es así como terminas descubriendo las formas hermosas de las hojas de los árboles, los colores del atardecer, la armoniosa composición del perfil de Plaza Venezuela o el ritmo perfecto de la ciudad. Y si escribo así es porque conozco de cerca el odio, la violencia, la muerte, el luto y el dolor, y por ello cada día tengo más ganas de vivir.

No es tarea fácil. Ni remotamente. Lo único sencillo es perderse la belleza de lo que nos rodea. No es un reto encontrar el sentido poético de un cuadro de Reverón, sí en cambio de la avenida Urdaneta.

5. ¿Inquietudes?

¿Qué pasaría si todos los literatos se detuvieran y desplazarán la mirada? ¿Qué surgiría de ese maravilloso experimento?


Link recomendado:
http://www.youtube.com/watch?v=sp5oTgsEiR4&feature=related

2 comentarios:

José Leonardo Riera Bravo dijo...

Wao, Jessi!!! Me fascinó!!! Está genial!!

No te "auto-analizaste", te autoentrevistaste!! Y como no soy psicologo me gustó leer algo concreto y diferente! jejeje

Esto me encantó y me identifico por ello:

"...El odio, la violencia, la muerte, el luto, el dolor... nos persiguen diariamente. Es más, nos acechan. Pero la vida vale la pena. Ser artistas es detenerse, desplazar la mirada y encontrar, en medio de todo aquello que nos nubla la vista, la belleza."
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"Y si escribo así es porque conozco de cerca el odio, la violencia, la muerte, el luto y el dolor, y por ello cada día tengo más ganas de vivir."

(Y)

Jessisrules dijo...

gracias leoo!! es un poco de mi loquera suelta jajajajaXD, y es de verdad quién soy, creo que es la primera vez que digo todo eso en voz alta. De verdad me alegra mucho que te gustara!!!