miércoles, 9 de septiembre de 2009

Al otro lado

Por Samar Hokche

Es difícil encontrar las palabras adecuadas, cuando en el fondo ya ella sabe todo sobre mí. Nos sentamos frente a frente, nuestros rostros palidecían –tal vez por falta de sol–. Ella mantenía la calma y me miraba fijamente a los ojos, mientras que yo jugaba con mi cabello. Debo admitir que estaba nerviosa. Después de unos largos minutos de espera, se interrumpió el silencio. Tomó la iniciativa, y como es de costumbre, fue directo al grano.

Serena: Supongo que quieres llegar a algo con todo esto, pero sigo sin entender ¿por qué yo tengo que estar involucrada? –preguntó con una voz acusadora.

Sammy: Bueno te escogí a ti especialmente ya que eres la única que me muestra en realidad la persona que soy en el fondo –baje la mirada por vergüenza.

Serena: En definitiva, no discutiré eso. ¡Te creo! –me regaló esa sonrisa de triunfadora que veo muy a menudo en su rostro–. Y a todas estas, ¿se podría saber el motivo por el cuál te has interesado en escribir estos últimos meses?

Sammy: –Tomé un respiro y junté mis manos– Tú sabes muy bien lo difícil que es para mí expresar lo que siento –asintió dulcemente–, me toma mucho tiempo a diferencia de ti. Y he descubierto que al escribir puedo llegar, de cierta forma, a liberarme de todo, a demostrar en una hoja en blanco lo que llevo por dentro, todas esas angustias, tristezas y sueños que han llenado mi cabeza por años, las cual no me dejan dormir muchas veces.

Serena: ¿Qué te puedo decir? Me alegra que hayas podido encontrar un lugar donde te sientas cómoda con tus sentimientos. Sin embargo, eres una persona que pierde valioso tiempo fantaseando por la vida. Te repito esto por lo menos una vez a la semana, ¿no crees que es hora de cambiar?

Sammy: ¡Ya lo sé! –me irritaba que siempre llegábamos a este punto en la conversación, punto que más bien yo trataba de evitar en lo posible.

Serena: Es uno de tus grandes errores. –Ella era increíble, nunca alzaba el tono de voz en momentos de tensión, ¡nunca!

Sammy: Uno de mis errores –volvió el silencio por unos segundos–. Yo disfruto de los simples placeres, como es soñar despierto. Dejo que mi imaginación tome su propio rumbo, ¿y sabes cuál es la mejor parte de todo?,

Serena: No, ilústrame.

Sammy: Que no existen normas o leyes para regularlo, nadie te puede decir cómo se supone que lo tienes que hacer, y gracias a Dios, porque en este mundo sobra gente que piensa que lo sabe todo, y para colmo te quieren enseñar.

Serena: Es lindo recurrir a eso de vez en cuando, pero acuérdate que estoy aquí justamente para ayudarte con tus problemas. Tú me elegiste.

Sammy: –Sonreí, lo peor ya había pasado– ¡Gracias! Debo confesar que eres mi admiración, y si vamos más lejos, también mi modelo a seguir.

Serena: ¿Ah sí? ¿A qué se debe tanto halago?, pero no me malinterpretes te lo agradezco de corazón.

Sammy: ¿No has captado mi mensaje aún? Tú eres el reflejo de lo que yo quiero llegar a ser, una persona centrada, tranquila en todo momento. Que sabe sin dudar qué quiere de la vida y cómo conseguirlo. Que sueña por algo y va tras eso, sin impórtale los mil y un obstáculos que pueda encontrar en su camino. No tiene miedo a gritar al viento lo que siente, tratando de no herir a segundos. En caso que te lo preguntes, ¡sí quiero cambiar! –mis manos temblaban–.

Serena: Entonces empieza. ¿No lo percibes? Tú me creaste, Sam, yo soy tu concepción de tu ser mejorado, por lo tanto si tu eres capaz de imaginarme, eres capaz de lograrme, y estoy segura que triunfarás si no me abandonas.

Sammy: –Mis ojos se nublaron, no puedo impedirlo soy muy sensible–. Es difícil algunas veces.

Serena: Es cuestión de tiempo.

Sammy: -Suspiré-. Tienes razón, después de todo creo que funcionó esta pequeña charla, ¿no?

Serena: ¡Uff! Como tú no tienes idea. Nos vemos pronto.

Sammy: No tengo duda de eso.

Cerré los ojos, aparté mi mirada del espejo, preguntándome en la soledad de mi mente cómo se ven los demás cuando se miran a sí mismos, qué querrán llegar a ser. Y se imaginan cuántos secretos se guardan al otro lado de nosotros, al otro lado de nuestros reflejos, al otro lado del espejo.

5 comentarios:

Guillermo Geraldo dijo...

¡Me gusta! Es así, siempre buscamos un reflejo de queremos ser. Lo creamos si no está hecho, para algunos será un famoso, un ilustre, o como en tu caso, alguien creado por su propio ser. (:

PD: No tengo clara la pauta. >.<

Gabriela! dijo...

La pauta es introspectiva:

Escribir sobre cómo nos vemos a nosotros mismos y/o quiénes queremos llegar a ser. A quién admiramos, cuál es nuestro alter ego. En definitiva como nos proyectamos!

Guillermo Geraldo dijo...

¡Ahm! Si bueno lo imaginé... iba a empezar a escribir pero luego tuve una pequeña duda. Thanks Gaby =*

Samar Yasmin dijo...

Sip de eso se trata la pauta, escribir de como nos reflejamos a nosotros mismos :)

Moises Larez dijo...

¡Me encanta!