Cada día pienso lo mismo, me siento en mi cómoda silla junto a la ventana y veo cómo llueve afuera. Pienso en la confianza que, muchas veces, trae más complicaciones que las que resuelve.
Confiar es poner una venda en tus ojos y seguir un camino que ya no puedes ver. Pero, ¿en quién se está confiando? ¿En los demás? ¿En nosotros? La confianza tiene poder, tanto de crear como de destruir. La creación de la confianza lleva tiempo, paciencia, empeño. En cambio la destrucción, increíblemente devastadora, es rápida; destruir la confianza de alguien, e incluso la propia, sólo requiere un minuto, un segundo, casi nada, incluso a veces ni siquiera se necesita un pensamiento.
Confiar. No en todos los casos nos da la victoria, de hecho, podemos confiar en nosotros y perder. Yo sé de eso. Se cree que será distinto si lo intentamos de nuevo, que ganaremos, que encontraremos lo que hemos buscado por años sin éxito. No. Las cosas no cambiarán con el hecho de confiar en que lo harán.
Hay que saber perder, y eso no es precisamente pesimismo. Es determinación, entendimiento de lo que nos pasa, aceptación. Luego, llega la parte en donde nos preguntamos qué es lo que haremos. ¿Ganar? ¿Perder? Ni siquiera queremos jugar más. Ya no lo intentamos, pero no por miedo al fracaso, sino por la certeza de que no llegaremos a nada. No hay meta.
Las ilusiones sólo son eso, ilusiones. La realidad es otro asunto más bien distinto. Abrir los ojos y mirar que el sitio por donde has caminado es un desastre resulta desalentador, pero puede que lo sea más si ves lo que tienes delante. ¿No es mejor retirar por completo la venda y seguir? Al menos así verás dónde pisas, evitarás lastimarte otra vez. Ahí está la verdadera fuerza, la verdadera resistencia, el verdadero valor.
Y mientras pienso, sigue lloviendo, aún estoy en mi silla...
3 comentarios:
confiar. a veces confiar resulta en creer, por mas que uno conosca la realidad. Confiar, es mucho mas que la palabra, porque de alli nace nuestros sueños, nuestras esperanzas, y nuestras ilusiones, que, aun siendo eso, simples ilusiones tornan nuestra vida, nuestro mundo, nos enseña a vivir, y ¿eso no significa vivir?, acaso caer y levantarse no significa vivir.A veces quitarse la venda no esta mal, pero tampoco podemos quitarnosla por lo particular de un momento, porque para otros, es posible que tengan una venda, la cual por nada quieran quitarse. La verdadera pregunta es en quien podemos confiar, en este mundo lleno de contradicciones...
seguire caminando buscando esa respuesta
Interesante, amiga, me recordo un ensayo sobre los chilenos que dice que acá se ponen el parche antes de la herida, nadie es muy celebrante o abierto pq hay que cubrirse las espaldas, la posibilidad del no o del fracaso está muy presente!
Gaby, se me erizó la piel. Recordé tus primeros textos, y sigue estando el mismo talento pero ha madurado increíblemente. Estoy orgullosa de ti pequeña saltamontes. Felicitaciones.
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