viernes, 17 de diciembre de 2010

Mi historia y mi espera

Paula Ortiz Vidal
Tercer contraletras del primer match. Paula vs. Gabriela V.:
Un viaje en autobús: amor, delirio y emociones.

En uno de mis últimos trabajos me topé con la posibilidad de que un extraño virus se apoderara de unos cuantos y que, cuando estuviéramos en un autobús, nos atacarían por todos lados hasta deber alcanzar la cima de la montaña más alta que rodea el valle que nos hunde en la ilusa seguridad de que nada pasará. Por eso hoy, mientras voy sentada junto a estos extraños, los examino uno a uno para imaginar cuál podría ser mi salvación.

Un primera mirada me hace descartar a dos niños que no paran de gritar y a los ancianos que no pagan el pasaje, a los hombres que por pereza no le dan su puesto a estos pobres viejos y a esa señora que, con un pantalón que le corta la circulación y que me hace descubrir que mi ingenio espacial no da para entender cómo le pudo entrar, me provoca un poco de asco. El calor me da nauseas y la idea de unos anormalitos atacando me daba dolor de estómago.

Traté de olvidar el malestar y de ignorar el olor a pescado de la empanada de cazón que engullía animalmente mi vecino de asiento. Definitivamente a él tampoco me le pegaría si algo llegara a ocurrir, a menos que necesitara una superficie resbalosa o un cuerpo grasiento para protegerme de un ataque, aunque la simple idea de acercármele más me hacía querer lanzarme al más doloroso de los suicidios –quizás el ataque de los anormalitos no sería tan desagradable como el contacto con sus franela sudada y las asquerosas pústulas que se asomaban de sus mangas y en su rostro-.

Un golpe en el vidrio me hizo creer que el momento había llegado. Los freaks estaban aquí y mi corazón se aceleró cuando advirtió que aún no tenía a mi héroe escogido. Tomé de la mano al gordo grasiento y sentí como el desayuno se me devolvía por la garganta y en medio de una arcada intenté detenerlo para no vomitar sobre lo que quedaba de su empanada. Todo por gusto, un adolescente había lanzado una piedra contra el autobús y un séquito de pre-púberes lo alababan por su rebeldía.

Me paré y me cambié de asiento. Del otro lado del pasillo estaba él, mi héroe. Un moreno de facciones delicadas, nada atractivo, nada interesante, pero definitivamente mi mejor opción. ¿Habría en esta historia un romance sucio en medio de la batalla? ¿Pasaríamos días sin bañarnos y nos revolcaríamos sin importarnos en el claro de algún bosque al que llegaríamos luego de rodar por días huyendo del ataque? ¿Lo volvería a ver después de que todo pasara? ¿Pasaría algo siquiera? No sé, pero lo único que importaría es que no me besara con sabor a cazón.

Yo lo veo y el no me ve. Yo lo rozo con cada frenazo que me da la oportunidad de poner en práctica esas técnicas de seducción baratas que en el colegio aprendí cuando ensayaba besando mi mano mientras llegaba el Príncipe azul. Él me mira de reojo como si fuera yo quien chorreara aceite con cazón. Quizás el gordo grasiento me escupió cuando tosía mientras masticaba. Seguro es su culpa que me miren con desprecio ante mi insistente interés de encontrar refugio.

He pasado 40 minutos en cola. Y sigo esperando a mis anormalitos. Sigo esperando que mi héroe me mire. Dejé de esperar mi parada cuando comencé a esperar algo inesperado.

8 comentarios:

Karim Taisham dijo...

chama, de pana que tenia siglos sin leer algo que no saliera encartado en DOMINICAL jajajaa

algo acido para mi gusto jejejej pero chama, de pana es mejor tenerte como amiga porque eres (como dicen en los bajos fondos) "senda ratica" con algunas de tus descripciones.

por supuesto, super urbano, super callejero muy urban girl. Como una princesa atrapada en un cuento postmoderno.

lo celebro =DDD

PaulaOrtiz dijo...

Esa no soy yo, amiguita :) es la maravilla de la ficción, no? Siento que me estoy creando fama de la ratica del grupo jaja
Te quiero ver y no efìmeramente en una charla de liniers jaja

Jessisrules dijo...

Chama, ácido pero muy interesante. Crítica social, dos textos distintos y sin embargo similares. Muy interesante este cortaletras. Bienvenida de vuelta Pau

Karim Taisham dijo...

ahhh pero es cuestion de ponernos de acuerdo.
al final ví al Liniers pero de lejosss, porq habia muchas cabecitas en mi derredor =D

creo q tienes mi numero 04165227470. igual podemos salir las chicocas a tomar por ahi =p

PaulaOrtiz dijo...

Yo lo vi desde donde me viste pero la cosa es que se escuchaba muy mal. No se por que no lo mudaron a la carpa mas grande que estaba afuera... Ya guardo tu numero porque mi tlf se habia danado. El mio 04147926272

Gabriela Valdivieso dijo...

Me encantó cómo desde la línea uno me metiste en la historia, demasiado al grano. Qué buena. Me gustaron mucho las preguntas: ¿pasará algo si quiera?

Muestras acá perfecta capacidad de meter al lector en un momento y volverlo loco por saber qué pasará. Jaja, tu reto en el próximo, digo yo, será exponer lo siguiente. El desarrollo. Jaja, por qué no!

Nota: Me identifiqué con tu estilo un poco! Por el tema de comprimir. Sentí que es limpio, que no sobran palabras, que cada oración es una cápsula necesaria. A mí me encanta esto jaja, pero siempre me ponen de reto en talleres que narre más, que sea menos concisa, será el periodismo? Ese puede ser otro reto, señorita Pauli! Pero escoja lo que escoja, siga escribiendo!! Déjenos leerla!

Moises Larez dijo...

A mí tampoco me gustan las empanadas de cazón. Saben feo.

PaulaOrtiz dijo...

Jajaja a mi sí me gustan!