jueves, 14 de abril de 2011

¡Salud por la artritis de mi vieja!

Por algunos minutos, todos los días detengo el trabajo por el que me pagan para jugar Tetris. Sí, Te-tris. Siempre distraído, suelo perder. Pero justo ese día gané. Dentro de mi ridícula rutina me alegré: oh, sí yo mismo, yo triunfé, ¡toma eso!

Escribí mi nombre para figurar arriba de mi récord anterior y ahí quedé registrado, 16.259 puntos al 16/06/11. Así me di cuenta. 16 de junio. Ya había pasado el 15. El día anterior había cumplido años y por la rechucha nadie se enteró. Nadie me lo dijo. Nadie me lo recordó con un mensajito. No digamos una torta con velas que no se apagan o si quiera con fósforos, coño.

Nadie, nada. Ni en redes sociales. El Facebook anuncia los cumpleaños del día, pero supongo que quienes lo vieron, pensaron que, entre la lista, soy en requete nulo por el que da weva escribir "pásala bien, besitos".

Así son las cosas. Ni mi perro, ni mi mamá, ni mi resuelve virtual en Estocolmo. Nadie se acordó. Y es que también hay que razonarlo, no es que cumplo un 2/2 que es fácil recordar. No, cumplo el 15 de junio, ¿cachan? en el medio de la mitad, en la nada menos nada. Es difícil.

Y si lo pienso, seguro que mi mamá anda complicada por la artritis y mi amiguita en Estocolmo debe andar estocolmeando. La vida pasa y tampoco es para andar con tantas susceptibilidades, ¿no?

Pero repasé el correo y de veras que nada de nada es que ni siquiera llegó alguna felicitación automática de un banco o portal web. Es anormal. Bueno, aunque tampoco tanto si nos damos cuenta que no soy Justin Bieber o algo así. Soy un tipo random, tampoco es que la gente deba hacer una fiesta por verme.

Pero igual pega. Una vez leí que felicitar a alguien por su cumpleaños equivale a decir "¡celebro tu existencia!" y creo que ese es el meollo. Nadie da cuenta de mi existencia. Nadie puede celebrar algo que no sólo no le importa, sino que desconoce. Nadie puede desear que la pase bien y tampoco mandarme un "besito" si no saben si me morí o si tengo coño cachetes para recibir un puto beso.

De modo que como mi cumpleaños me pasó por al lado -porque cumplo 365 días más de algo que no es vida-, salí ese 16 de junio, orgulloso por mi record en Tetris, a beberme una chela por mi insignificancia. ¡Salud por mi visible invisiblidad!

5 comentarios:

G. dijo...

Gaby, qué pieza! Lo leí y me imaginé al pobre tipo sentado en su silla que da vueltas, frente a una pantalla tamaño grande con una bolsa enorme de algo para comer. Fabuloso!

La frase con la que más me reí fue "Y si lo pienso, seguro que mi mamá anda complicada por la artritis y mi amiguita en Estocolmo debe andar estocolmeando", me mató.

Grandioso! jajaja!!

Andrea dijo...

Gabyy! jajaja lindo leerte, yo tambien me imagine una escena como la de Gaby jr! Es demasiado real.. la soledad nos hace creer insignificantes e invisibles pero obvio esto es un caso extremo! Te pone a pensar en los pequeños detalles que pueden animar a un persona que no sea tan importante en tu vida.. Solo un feliz cumpleaños, un besito por facebook puede hacerle el dia a alguien..

Jessisrules dijo...

Gaby que genial leerte de esta forma. Es tan no-tu que me fascina esta nueva arista de tu escritura. Sigue porque rockea. Un besote

Karim Taisham dijo...

si me pude reir con este texto, mi Gabs. Genial¡

Gabriela Valdivieso dijo...

Gracias chicas!! Qué gusto sus comentarios!! Salió un perfil bien interesante!

Verdad que es súper no yo esto? También ando sorprendida jeje!