lunes, 15 de febrero de 2010

Mi plan fracasó

Por Samar Hokche

Para serles sincera no tengo la mas mínima idea de cómo pude llegar a tal punto, ¡si yo repase mil y un veces mi plan! No es justo que las cosas resulten de este modo. Se los juro, yo actúe por una noble causa, insensatos aquellos que no me creen.

Durante mi larga espera pude hacer memoria de mis pasos: busque su dirección, entré a su casa, busqué en silencio su boleto, en el aeropuerto moví unas fuentes que tenía - por fuente, claro, entendemos al dinero, el lenguaje que todos hablamos- y revisé sus datos y la información que necesitaba para ejecutar mi impecable plan. Luego, esa misma noche pude con mano fría y pensando sólo en la unidad y la estabilidad del grupo. Lo hice. Vi su rostro asustado e incrédulo y sentí, como siento, lástima pero hasta el día de hoy no me arrepiento.

Justo llega un señor mayor que interrumpe mis pensamientos y recuerdos. Me mira directo a los ojos –intimidada no estaba, más bien me daba risa su bigote- y con su voz grave me pregunto: ¿lista para confesar?
-Yo no tengo nada que confesar, los criminales que buscan siguen afuera, mientras pierden su tiempo aquí conmigo.
-No entiendo cómo, y tan joven. ¡A lo que hemos llegado! ¿Es que no te quieren en tu casa?
-Todo lo contrario me aman, voy al colegio, tengo amigos, como mis verduras… ¿Qué te puedo decir? Supongo que quise hacer algo tan grande para detenerla.
-¿Detenerla de que?
-De que se fuera y nos dejara.
-¿Quién?
-Gabriela.
-¿Y por esa razón mataste al piloto?
-¡Claro! Se sintió extraño debo confesar.
-Sigo sin entender, y ella ¿quién es para ti?
-Una amiga y miembro oficial del grupo. Escuche, trate de comprenderme un poco por favor. Yo le deseo lo mejor en su futuro, pero no la quiero lejos de nosotros.
-Se nota que eres principiante en esto, ¿verdad? Primero, ya me diste una confesión. Segundo, no era necesario matar a una persona, y, por último y más importante, ella de todas formas puede viajar. Pobre niña, te salió muy mal.

Imagínense mi cara de estupefacción y sorpresa, tratando de asimilar mi gran error. ¡Qué había hecho! Todo se derrumbó y fue culpa mía, actúe sin razón y precipitadamente, haciéndole caso a mis sentimientos e ignorando mi sentido común. Supongo ahora que Gabriela se irá y yo, bueno, no estoy segura de lo que me pasará, pero algo me dice que no será muy bueno.

2 comentarios:

José Leonardo Riera Bravo dijo...

Jajaja muy bueno! xD (Y como mis verduras...!) jajaja

Karim Taisham dijo...

jajajajajajaj que linda mi Samar. falto un oops.