martes, 9 de febrero de 2010

¿Por qué dèjá vu?

Por Guillermo Geraldo

Había dejado el entremés de la condena infernal. Ignoraba la hoguera caótica provocada por el Mesías Talibán. Para mí podía ser alguna profecía de Nostradamus, el sentimiento del ocaso de mi existencia en mitad de la hecatombe.

La muerte perseguía mi ser. Anhelaba atraparme entre llamas que vestían al World Trade Center. Rostizándome en el horno del piso 87, fue cuando, sentado y resignado abrazando mis rodillas, una voz no dejaba en paz mi mente:

-¿Y esto para ti no es un disfraz? ¿Corbata y pantalón, sumergido en números y cálculos? ¿Qué ocurrió con los sueños de niño? ¿Con el deseo infinito de convertirte en Peter Pan? ¿Prefieres calcinarte o saltar la ventana y cumplir tus sueños?

En ese momento abajo, incluso más abajo del asfalto donde recorren a diario taxis como pétalos de girasol, bajo aquel asfalto de la metrópolis del mundo, con la libertad como estatua; el infierno se sitúa y se impaciente por mi alma y me persuade. Me convence, me arroja. Me hace, metro a metro, víctima de la gravedad, jalándome a toda velocidad y a la vez deteniendo el tiempo para motivarme a apreciar con detalle el último bocado de vida.

Pero… Pero esto lo he visto antes…

Allá bajo el cielo (éste cubierto de humo negro) y con ojos aferrados a la caída comandada por mi pecho que hace frente a la avenida. ¿Es esto un déjà vu?

¿Será que viajamos en el tiempo y una fuerza divina nos retrocede o adelanta?
¿Cómo recordar algo que no has vivido?
¿Y si existen portales del tiempo?
¿Es posible que nuestro futuro sea el presente de un mundo más adelantado al nuestro?
¿Será que no morimos, que sólo nos trasladamos a un mundo más antiguo (pasado) o más avanzando (futuro)?
Si no lo es así ¿por qué existe el dèjá vu?
¿Será que ya todo está escrito, que rondamos en diferentes eras constantemente, por lo que cuando regresamos a un lugar donde ya hemos estado hace demasiado tiempo (quizás siglos) no podemos recordar con lucidez, por lo que tenemos sólo recuerdos vagos que llamamos dèjá vu?
¿Y si todo estuviese escrito y sólo fuese una centrífuga de tiempo, se podría escribir algo más?
¿Y si es verdad que viviremos eternamente, pero de esta forma?
¿Y si no existe el cielo ni el infierno?


A pocos metros del suelo.

Qué sabrosa esta brisa al caer, después de tanto calor allá arriba, pero ¿por qué este dèjá vu? ¿A dónde iré, dónde aterrizaré? ¿En la Edad de Piedra, entre las pirámides del Imperio Maya, Egipcio o en la Guerra de las Galaxias?

Se acaba el tiempo, parecido a los concursos donde el reloj se agota y no sabes la respuesta.

Tengo un presagio, sé que aterrizaré en…

1 comentario:

Jessisrules dijo...

Guille, se me erizó la piel. Me encantó!, super poético, tremendo. Intenso.