Once muchachos que quedaron picados porque el primer Rally Metropolitano de Escritores les pareció muy corto decidieron irse a los bares nocturnos caraqueños a beber birras y leer literatura. Cuando la cosa no dio para más crearon este blog porque las maravillas que estaban haciendo se estaban desbordando
miércoles, 26 de agosto de 2009
AUTOENTREVISTA CONTRA-PERSONA
Los cordones con los que me había atado me estaban cortando las manos. Estaba mojado, desnudo y completamente ausente. Mientras tanto ella me miraba con los ojos negros y profundos, donde apenas pude adivinar las pupilas que se dibujaban con maldad. Ella sonreía y parecía satisfecha, se relamía con gusto los labios mientras movía las caderas, ahí, sumergida en lo que parecía un sofá rojo y sucio. Creo que tenía una cola larga y tupida, no alcancé a ver, sólo sabía que estaba aterrado y que debía hacerle cinco preguntas concisas, sino me rebanaría la cara con un cuchillo para pizzas.
Napoleón Bravo: Entonces… Tú me dices que eres escritora o que pretendes serlo ¿verdad?... Bien. (Asentí nervioso, con un papel arrugado en la mano) ¿Cómo te llamas?
Noelia D: ¿Y tú crees que te diré mi nombre de verdad? ¡Pendejón! Sólo te diré que gusto de usar seudónimos. Este, por ejemplo, puedo escribirlo bajo la forma de June Tuesday, un seudónimo que uso desde los dieciocho años. Creo que estaba un poco enferma de mi latinidad, pero ahora que me hallo reivindicada con mi identidad, puedo decir que aún uso ese seudónimo como recordatorio de mi proceso de aculturamiento.
N.B: ¿Por qué yo? ¿Por qué una entrevista conmigo? (Estaba temblando, pero mi inquietud como periodista fue más fuerte que el huracán que se estaba gestando en mi estomago) ¡Si a usted no la conoce nadie! (Ya estaba hecho, quedaría como la imagen oficial de Pizza Hut)
N.D: Sabes, Napo, si usted y yo nos hubiéramos conocido en otro contexto menos forzado hubiéramos podido ser buenos amigos. Yo le podría llamar “León” o “Napolitano” –empezó a armarse un joint de hierba– como la salsa… la de comer, no la bailanta. –Silencio–. Usted me pregunta que por qué usted. Verá, estoy en un grupo llamado “letras a litros”, somos una especie de secta que hace sacrificios humanos en el Parque del Este para luego arrojar los cadáveres a los patos. Una de las “ofrendas simbólicas” del grupo es la elaboración de una autoentrevista. –Se ríe mientras cambia de posición en el sofá mugriento –con el dedo del joint me señala la cara–, pero soy muy franca para eso, ¿verdad? Para hablarme conmigo misma. Además quería legitimar mi puesto como futura figura importante, con un entrevistador igual de importante, que no temiera contagiarme un poco de su brillo. Yo me cuido de las escarchas, ¿sabe? –Toma otro jalón del joint y prosigue–. Me gusta su voz. Ademas, Ivan (Loscher) y Érika (De la Vega) estaban de viaje, y usted tan frágil, haciendo cola en el banco como cualquier “Pedro Perez”… Era totalmente irresistible al arrebato. No lo tome como un secuestro, tómelo como un “préstamo contra-persona”. Prometo devolverse a usted mismo al final de la tarde. Quedan tres preguntas, Napo, sea breve, que soy una persona medio gato muy ocupada.
N.B: ¿Por qué la reiterabilidad del sexo en sus escritos? ¿un trauma freudiano en la infancia? ¿una fijación, quizá? (Estaba totalmente borrado, sólo leía las preguntas del papel arrugado).
N.D: No se descomponga, mi Napo. A mí gusta el sexo porque el Caribe es sexo, porque nos construyen con sexo y nos crían con eso. Y no temo caer en un lugar común, porque el gusto es demasiado resabido. Miré ¿a usted nunca le han dicho que si se “pajea” le saldrán pelos en la mano? ¿A usted nunca le han llevado a burdelear?. Esas contradicciones ideológicas son, básicamente las razones por las cuales me gusta escribir de sexo, siempre al margen de la imagen pornográfica. Los franceses tienen entre sus escritores grandes escenas de amor fácilmente traducibles a la imagen sexual. Vale decir que son imágenes que también nos ayudan a construir el amor romántico en occidente desde el siglo XIII. No es casual que las personas que amen el amor, sean sexuales en su mayoría. Yo amo el amor, sólo que mi idioma es un poco menos sutil de lo que yo misma quisiera. Creo que soy un poco animal.
N.B: ¿Un poco?
N.D: Sí, sólo un poco… ¡Prosiga por favor!
N.B: Creo, que usted también hace talleres de cine y estudia antropología. ¿Por qué no se decide por una de ellas de una buena vez?
N.D: ¿Decidirme? ¿Por qué? ¿Acaso no uso sólo el 10% de mi capacidad cerebral? ¿Qué haré con el 90% restante? Me moriría de aburrimiento si sólo pudiera expresarme de una sola manera. Sin embargo, en la literatura algo que me llama poderosamente. Es la necesidad de soledad. El cine es un trabajo en equipo, y yo no sirvo realmente para eso, en efecto, de cine sólo tengo un par de guiones y no son muy buenos. En cuanto a la antropología, es un muy buen ejercicio de análisis, es todo. Si hubiera sido por mí hubiera estudiado letras o periodismo. Creo que guardo una deuda conmigo misma, un pagaré de vocación, podría decirse.
N.B : ¿Cuál es su género favorito?
N.D: Crónicas, ficción y poesía. Esta última es la más difícil y la más urgente. –Ríe– ¿Sabe? Rimbaud murió buscando unir la poesía con otros tipos de arte. O sea, buscando hacer un arte unificador. Me recuerda un poco la teoría de los campos gravitatorios unificados de Hawkings. –Silencio–. Yo no sé si realmente el ser humano sea lo suficientemente holístico consigo mismo como para lograr unir no sólo el arte, sino el vivir con el dejar vivir. La poesía sirve mucho para eso, ¿sabe? Para vivir y dejar vivir, siempre a través de las imágenes. Es algo hedonista, pero es así de necesario. Así de vital.
N.B: Esta es la última pregunta: ¿básicamente para qué es esta auto entrevista?
N.D: Auto entrevista forzada, señor mío. A las cosas por su nombre. Es parte de la ofrenda, debo decir sobre qué deben escribir los otros durante la entrevista. Creo que deberían escribir sobre: “una mujer y su sombra”. Sí, eso debe ser, sobre una mujer y su sombra. Es todo. Vestida, desnuda, dormida, muerta, haciendo el amor, leyendo, hablando. Con su sombra. Quiero ver cómo son creando imágenes.
N.B: Bien, es todo. Me siento mareado. ¿Me deja ir?
N.D: claro. El Demerol poco a poco dejara de fluir y usted podrá irse. Solo trate de no hacer ruido. Abajo hay niños y uno debe ser considerado con la gente. ¡Saludos! – ella me da la espalda y me deja solo, en el frio salón, amarrado. Con sombras riendo y mofándose de mi, en la oscuridad-
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Pauta 7
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4 comentarios:
Bravo por esta ofrenda, capturadora de entrevistadores!
Los dioses sonríen agradecidos y los de letras chorreantes aplauden!
jajajajja. recuerda que debemos escoger a la prox. victima del sacrificio ritual jaja
Wao! Me fascinó!! Pero me fascinó de verdad!! Podría destacar algunos aspectos de lo que escribiste, pero me parece tan bueno que creo que lo arruinaría! Está genial, totalmente! Tremenda creatividad! Felicitaciones!! ^_^!
yey gracias J.L Riera!!! XD pobre Napoleon, el protagonista de mi fantasia mas sordida jajaja
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