jueves, 20 de agosto de 2009

Autoentrevista: El Abogado del Diablo.

VICTOR: Muy bien, en esta, primera auto-entrevista de Letras a Litros, ¿qué te parece si empezamos por la pregunta más lógica que hacerle a alguien como tú?
DRAX: Dale.
V: ¿Por qué terror?
D: Una respuesta sencilla sería “¿Por qué no?”, pero no estaría tocando con eso el fondo de lo que quieres saber.
V: Planteado de otra forma: el mundo en el que vivimos ya es de por sí aterrador. ¿Por qué escribir ficción de terror? Ficción que apela a los sentimientos más bajos, a las peores acciones. Ficción que gira en torno a temas mórbidos.
D: ¿Entrevistador agresivo?
V: ¿Qué esperabas de ti mismo? ¿Que te tratara con dulzura? Vamos, respóndeme, porque cuando tengas el éxito que buscas, esa pregunta te la harán mucho.
D: La ficción de terror, sea en un libro, en una película o en el formato en el que la estés presentado, lidia con mucho más que con muertes y desfiguraciones. Soy un ferviente creyente de que la ficción de terror, y el artista del género, son un agente de la norma. Toma, por ejemplo, una historia clásica: Frankenstein. El texto es sobre un doctor que hace a un hombre con pedazos de cadáveres y luego se horroriza tanto que lo abandona, sufriendo posteriormente el rencor de la criatura que tanto se esmeró en crear. Subtexto: abandono paternal (el mismo que, dicen, sufrió la autora en su juventud). Hay quienes dicen que el libro nos advierte sobre jugar a ser dioses, pero eso suena demasiado abstracto, no es algo con lo que nos podamos relacionar. Yo creo que el libro habla, mejor, sobre las responsabilidades en general, y las paternales en particular. Afronta las consecuencias de tus actos o estas volverán a vengarse de ti.
V: Pero la fuente del mal en Drácula es gratuita. Los personajes no han hecho nada para merecer la atención del Conde.
D: No, pero es que eso ya es otra cosa. De nuevo, el horror es una herramienta de la norma. ¿Qué es El Conde? Un ajeno. Alguien que no pertenece al sistema y que, de hecho, es dañino. De entrada, el libro tiene un subtexto muy sexual (alguien que leí por ahí dice que la escena de las tres vampiras violando oralmente a Harker es “la más grande follada con ropa que se ha escrito”), pero, adentrándonos más en la trama, fíjate que la segunda mitad es sobre los mortales reuniéndose y luchando contra esta fuente de maldad, hasta derrotarla. Expulsa al ajeno. Que permanezca la norma.
Voy más allá. Ahorita nos parece una niñería apenas terrorífica, pero cuando Drácula salió (y cuando salieron muchísimas otras piezas de terror a lo largo de la historia), eran bastante aterradoras. Pero ¿qué solemos encontrar en estas historias? La norma se restablece, sí, pero es por el esfuerzo de uno o unos personajes, que deciden afrontar el terror. Es decir, la ficción de terror nos muestra, entre otras cosas, que nosotros también podemos mirar a la cara al diablo y decirle “No, yo soy más fuerte que tú.”
V: ¿Qué hay del terror que no tiene final feliz? Ejemplos abundan. Tú has escrito terror sin final feliz. ¿Qué pasa con eso?
D: Bueno, tienes que tener en cuenta que el fin último, más allá de concepciones nobles o moralistas, es asustar. Moverte algo por dentro que haga que no quieras apagar la luz en la noche. Incluso en esas historias de “finales infelices”, consigues algo. Toma Cementerio de Animales, de King, por ejemplo. Probablemente le arruino la historia a alguien aquí, pero ni el libro ni la película terminan bien. La Noche de los Muertos Vivientes no termina bien. Pesadilla en la Calle del Infierno y Masacre en Texas tienen finales bastante aterradores. Es en parte por técnica; si todas las historias de terror terminaran bien, no habría sorpresa. Entras al cine o abres el libro sabiendo que al final, el hijo de puta enmascarado que está atormentando a esos pobres adolescentes cachondos va a recibir lo que se merece. Así no te puedes asustar, porque una de las fuentes del terror es lo desconocido. Es no saber qué va a pasar. Hace poco vi una película realmente perturbadora, Henry: Retrato de un Asesino en Serie. El film no sólo es visualmente ofensivo, sino que (advierto que adelanto el final) en los últimos momentos, el malo simplemente se va y nadie conecta nunca los homicidios a él. Terminas aterrado, sintiéndote un tanto inseguro y, en el otro lado, está el director de la película, satisfecho por haberte dado lo que has ido a buscar.
V: ¿Un recordatorio de que en el mundo existen monstruos?
D: …Sí.
V: Que el director se sienta satisfecho por ello le quita puntos de nobleza a la cosa, ¿no te parece?
D: ¿Qué te hace pensar que McNaughton quiso dar un mensaje? No nos desviemos, la ficción de cualquier género lo que persigue es entretener. Si tú vas a la librería y compras Psicópata Americano, no te sientas después ofendido cuando lees las atrocidades que hace el protagonista. Dicho de otro modo, el terror no es para todo el mundo y debes tener sentido común. Si no te gustan las montañas rusas, ¿te subes a ellas y después sales quejándote de que te asusta mucho? No. No te montas y ya (así, si vas a ver una película titulada Masacre en Texas, de repente el título es alegórico, pero yo te aconsejaría que entres al cine preparado para ver... bueno, una masacre. En Texas). ¿Te has dado cuenta de la cantidad de adolescentes que van a los cines a ver películas de terror? No va uno solo y raramente van dos. Van de a cuatro y de a cinco. ¿Por qué? ¿Motivos sociales? No, o al menos no creo que sea tan fácil. Enfrentarte al terror en grupo hace que te dé menos miedo. Es como cuando sucede algo terrorífico en la pantalla y la gente se ríe. Es una reacción psicológica ante el miedo. Es el “me estoy riendo porque no quiero que los demás vean que me asusté.” Pero toma a esa misma persona y ponla a ver… Repulsión, o La Cosa y cuando termine, llévala a dormir, con las luces apagadas y el resto de la casa en silencio. Empezará a pensar demasiado. Imaginará sonidos y empezará a preguntarse qué haría bajo las circunstancias del film. Yo suelo hacer eso y si una película me deja pensando antes de dormir, las probabilidades son que me gustó.
V: ¿Por qué la fascinación con el terror, entonces?
D: No sé cómo explicarte esa parte. Hay gente que nace inclinada a amar a los vehículos. Otros aman a… no sé, la botánica o el jazz, o los trenes de colección. A mí me gusta el terror y me gusta la literatura. Creo que escribo de terror porque me gustan las películas de terror y me gustan las películas de terror porque escribo del tema, pues. Tengo una imaginación mórbida. Si una pauta en Letras a Litros es sobre… tatuajes, por decir algo, es probable que mi historia trate de un tatuaje que salió mal. De repente se infectó. De repente se expande. Un día la persona se va a dormir y al despertar al día siguiente, descubre que el tatuaje le cubre ya no el hombro, sino todo el brazo. De repente oye voces ahora. Creo que puedes ver a dónde va esto, ¿no? Y helo ahí, acaba de ocurrírseme una idea para una historia.
V: ¿Qué es lo más asustado que has estado por la ficción de terror?
D: La primera vez que vi La Noche de los Muertos Vivientes (y hay algo de eso en la bio de mí que está en Necronomicón, cuando me publicaron la historia que les envié). Yo tendría como… nueve o diez años. Para ese entonces, yo ya sabía que me gustaban las historias de monstruos y nunca pelaba una en la tele. Cuando vi la propaganda de esta, supe que tenía que verla. O sea, lee el título otra vez. Era inevitable. Así que nada, me puse bien cerca de la tele esa noche, feliz y preparado para ver monstruos y a un héroe salvando a una chica guapa. Empezó la película y, como a los quince minutos, yo estaba literalmente temblando de miedo. Pocas veces he sentido algo así a lo largo de mi vida. No pude verla completa. Traté de verla otra vez y pasó lo mismo. Al tercer round, me propuse aguantar con todo y fue horrible. Puedes decir que la película me traumatizó. Y además que, por la forma en la que está hecha, tiene un toque muy a lo “documental”, lo que en aquel momento hizo que pareciera muchísimo más real, parecía que de verdad estaba pasando afuera de tu casa. Pasé como tres meses teniendo pesadillas constantes con zombis. Todavía las tengo, de vez en cuando (y suelen ser horribles). Pero ahí lo tienes: me paralizó de terror, pero por otra parte me creó una inmensa fascinación.
V: ¿Por qué te dedicas a escribir? ¿Por qué no dedicarte al cine?
D: Sinceramente, porque creo que ninguna forma artística puede equipararse a la literatura. Y te explico que amo a la música, amo cantar, el cine me encanta, pero… uno no puede negar a las raíces. Siempre me ha gustado leer, siempre me ha gustado escribir y creo que con la literatura puedes alcanzar cotas que otras formas artísticas no.
V: ¿Puedes expandir un poco eso?
D: No lo sé. Es como cuando te preguntan “¿Por qué estás enamorado de fulanita?” Es una pregunta sin respuesta. ¿Cómo que por qué? Porque me hace sentir inusualmente vivo, porque me llena, porque cuando no estoy con ella estoy pensando sobre estar con ella. Es así. Es como enamorarte. No te voy a decir el cliché de “es que escribo por amor” porque eso no sería el todo. Es más una cuestión de que… no sé cómo podría vivir si no pudiera escribir. Si no pudiese coger una servilleta y escribir un cuento rápido sobre… uhm… una computadora que desarrolla personalidad propia basada en las amalgamas de todos sus usuarios. Creo que el escritor es un terapeuta doble: primero, se ayuda a sí mismo cuando escribe y, segundo, ayuda al lector que recibe el material, entreteniéndolo.
V: Muy bien… ¿Algo más que quieras añadir? Nos van a reclamar que esto ya está alargándose un poco.
D: …¿algo como qué?
V: No sé, lo que sea. Una curiosidad sobre ti.
D: Uhm… ayer una compañera de estudios me dijo que cuando hablo tiendo a sonreír, pero no suelo hacer contacto visual y tiendo a usar las manos, como ayudándome a expresarme. No sé si eso será verdad, pero me parece curioso; nadie me lo había dicho.

4 comentarios:

Gabriela dijo...

WOW! GENIAL!!!

Qué gusto leerte! Qué risa lo de "um, bueno, una masacre... En Texas". Y qué agrado el final! Estoy de acuerdo. De hecho, de hecho de hecho, ahora que lo escribes es exactamente como se ve la película del recuerdo de Víctor hablando.

Qué tremendo, Vic.
Te confieso que me pones un reto espantoso con esto de escribir de horror, um, y sin objeto arg. Nunca lo he consumido, odio esas pelis, um, pero esta entrev ayuda a entender un poco el género. Deséanos suerte! :)

Karim Taisham dijo...

yey!! Horror!!!!!! jajajajaja ¿los errores ortograficos (aquellos q horrorizan un texto) tambien cuentan? :P

me gusto tu auto entrevista.

José Leonardo Riera Bravo dijo...

Jajaja estoy de acuerdo en lo que dijo tu amiga!

Te agradezco el privilegio de poder leer de "primera mano" la autoentrevista de un escritor famoso que muy pronto va a serlo.

Felicitaciones! ^_^!

Victor C. Drax dijo...

Me alegra que les haya gustado; no sabía qué reacción les iba a generar, ahora que ya veo, eh, qué bien.
Recuerden que el terror no tiene por qué ser sobrenatural. De hecho, no tiene ni siquiera por qué salir de la mente del narrador de la historia. Vamos, que ustedes pueden, de eso estoy seguro.
Los errores ortográficos no cuentan porque no creo que pretendamos traumatizar a los lectores nuevos, no seamos TAN terroríficos.
Ah, Leo, lo dices como si no estuvieses en tu camino al éxito también.
He estado prestando atención a los gestos que hago y... probablemente sí, es cierto. Probablemente.