José Leonardo Riera Bravo
- Papa, dame una compota de manzana –dijo Moisés, provocando el silencio en aquel lugar que, más que una bodega, parecía una licorería.
Las personas que allí se encontraban –bebiendo– miraron fijamente a Moisés. El vendedor también. No obstante, éste retrocedió lentamente en busca de la compota antes solicitada.
La tomó con sus manos y se la entregó a Moisés, quien, dándole unos golpes por debajo, la abrió y empezó a comerla. ¡Ay, vale!, dijo uno de los borrachos, ¡cómo le gusta la compota!. ¡Si quieres te doy compota de cambur!, dijo el vendedor alzando la voz de tal manera que la única frase que se oyera, aún por encima de las risas y burlas de los demás, fuera la suya.
¿Qué es lo que es, mamagüevo? –dijo Moisés rápidamente, antes de sacar una pistola y darle un tiro al vendedor.
El cadáver quedó en el piso. El alcohol sin nadie que lo bebiera. La compota sin terminar, y la bodega sin vendedor... y sin clientes.
Quédate con el vuelto –dijo Moisés al lanzarle un billete y la compota al cadáver. Allí en el suelo, sangre con compota, parecía, más que nunca, ser de manzana. O de fresa.
2 comentarios:
WoW!! inesperado! Qué curiosa tu mezcla!! Je, todos vimos en la compota infancia, etapas, tiempo, tú un asesinato por una burla! Excelente! felicidades!!
Excelente Broo !! de verdad que es una mezcla de todo (ternura, suspenso y horror xD) jaja .. Se lo tiene merecido el tipo por burlon hahaha xD
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