Por Gabriela Valdivieso
Cuenta la leyenda que antes, hace tanto ya, la verdad corría despreocupada entre los hombres. Se paseaba por las plazas susurrando trozos de sí y regalando asombro y conocimiento.
Cuentan que era parte de la sociedad y se la valoraba por lo que era. No por lo que ofertaba, por banderas ideológicas o por fines adicionales.
Eso fue antes. Antes de que los matemáticos la redondearan, antes de que los científicos la edulcoraran, antes de que los comerciantes la compraran y la vendieran, antes de que las marcas la disfrazaran y de que los medios la manipularan y la sometieran.
Antes de que la devoraran. Antes de que la alcanzara el escepticismo y la carcomiera el relativismo.
Antes de todo esto ella nos amaba y nos dejaba aprehenderla y nosotros, dichosos, vivíamos con ella y por ella.
La leyenda predica que a pesar de nuestro reino de mentiras aceptadas y de versiones infinitas, la verdad nos extraña y está dispuesta a perdonarnos. Quienes esto conocemos confiamos porque la hemos oído cantar y sabemos que es capaz de gritar hasta hacernos despertar.
3 comentarios:
¡No sé porque me gustó tanto! Bueno, en realidad si, todas las navidades mi abuela relata cosas parecidas, lo leí con dulzura.
(:
me justó muchísimo! tremendo nivel conceptual. Love it!
Qué dulce, Guille!!
y gracias amiga, qué agrado!!
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