viernes, 14 de mayo de 2010

El Fan


Llevaba cuatro horas esperando cuando el hombre por fin hizo su aparición. Descendió de un corsa arena y, entre el momento en que abrió la puerta del copiloto y el momento en que descendió, intercambió palabras ininteligibles en la distancia con el chofer. Rió por algo que le dijo su interlocutor y eso hizo caer en cuenta al fan de que lo que estaba pasando era real. Se puso de pie.

El escritor se aproximó a la puerta de la casa. Vestía semiformal. Al verlo, titubeó por un momento. Continuó caminando, mirándolo de reojo, alternativamente entre él y el libro que llevaba entre manos. Ambos estaban ya junto a la puerta y el fan, que sonreía sin quererlo, le tendió una mano.

—Señor Drax —dijo—. Es un gran placer.

Victor Drax sonrió con un ligero asentir y le estrechó la mano.

—Usted no se imagina cuánto he soñado con esto —continuó—. Lo sigo desde hace años, desde que publicaba en Letras A Litros.

—Wow —dijo el escritor—. Ha pasado unas cuantas lunas desde entonces.

Los ojos del fan se iluminaron, el indicador de la corriente energética que se apoderó de su cuerpo.

—¡Sí! La verdad es que todos los relatos me gustaban, pero los suyos muchísimo más. Es usted un tipo increíble.

Drax asintió una vez más. Miró a un lado y se metió una mano en el bolsillo del pantalón.

—Muchas gracias por tu apoyo, entonces.

Le dio una palmada en el brazo.

El fan trató de grabarse todos los gestos del tipo. Estudió el modo en que se movía, cómo hablaba.

—¿Cómo va el libro nuevo? —preguntó.

Unas llaves emergieron en el puño que Victor Drax había guardado en el bolsillo. Buscó entre ellas.

—Bien —dijo—. Estará listo muy pronto.

—¡Sí!

El fan abanicó el aire con el libro —un tapa dura— e interpretó una danza descoordinada, ignorando la prolongada mirada que su ídolo le dedicaba.

—Así es… —fue lo único que Drax pudo decir— ¿Quieres que te firme eso?

Señaló al libro.

El fan estuvo a punto de decir algo, se interrumpió, se puso una mano en la cara e interrumpió esa moción también.

—Dios mío, qué perdido estoy —dijo—. Por favor, sí.

El autor tomó la novela entre sus manos y se sacó un bolígrafo de un bolsillo en las caras internas de su chaqueta. Le quitó la tapa con los dientes y garabateó algo en la portada.

—Si no es mucha molestia y podemos tomarnos unas fotos después… —dijo el fan.

—Seguro —Victor no levantó la cara del libro—, y después tengo que irme a cumplir misiones secretas de escritor, ¿vale?

—No hay problema.

Drax paró el curso que la punta del bolígrafo seguía sobre el papel.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó.

—Santiago Alonso.

Victor levantó la cara de la novela, sus facciones ocultas bajo una máscara fría. El par de ojos estudiaba al alma del fan a través de la piel.

—¿En serio? —preguntó.

—Sí, claro.

Se quedó mirándolo por tanto que el fan se vio obligado a bajar el rostro. Unos segundos más tarde, Drax prosiguió con la dedicatoria que redactaba.

—Es una coincidencia de lo más extraña, ¿sabes?

—¿Ah sí?

Drax cerró el libro con la mano con que lo sostenía. Con la otra, se quitó la tapa del bolígrafo de entre los labios y la devolvió a su lugar original, coronando el tubito de tinta.

—Ese es el nombre del protagonista de una novela que nunca publiqué —dijo.

Santiago recibió el libro, poniéndoselo debajo del brazo.

—¿Y qué pasó con ese personaje? —preguntó el fan— ¿Le fue bien?

El escritor se guardó la pluma dentro de la chaqueta.

—Podrías decir eso —dijo.

—Mentiroso.

Volvieron a verse. La postura del fan había cambiado tanto que no era equivocado decir que esta era otra persona. Drax dio un paso hacia atrás y, cuando Santiago se sacó el martillo de la parte trasera del cinto, no dejó de ver la herramienta, el mango de madera, la cabeza de hierro negro.

—Me mataste en el manuscrito —continuó Santiago—. Me apuñalaste.

—No estoy seguro de entender lo que---

El fan precipitó un golpe ascendente y Victor se estrepitó contra el suelo. Un hilo de sangre cruzó el aire para aterrizar en la pared.

El escritor se quedó boca abajo frente a la puerta de su casa. Se llevó una mano al rostro, arrastrándose. Todo había sucedido tan rápido que se había encontrado tirado mucho antes de sentir dolor.

El fan lo flanqueó como un lobo acecha a una presa herida.

—¿Cómo se siente vivir el terror, ah?

Ponerse boca arriba pareció requerir un esfuerzo imponente para Drax. Tenía una cortada surcándole toda la frente. Se había puesto pálido.

—Dime qué quieres —dijo—. Podemos llegar a un acuerd---

—No hay nada qué arreglar.

El fan se detuvo frente a él, elevando el martillo bien por encima de su cabeza.

—Ojo por ojo, Drax. Ojo por ojo.

Los mojados golpes del martillo apagaron los gritos del escritor. Al principio, sus manos lucharon por detener al atacante, pero conforme fue recibiendo más impactos, la fuerza abandonó sus extremidades y se quedó inmóvil, con el cráneo deformándosele poquito a poco. La sangre que brotaba de sus numerosas heridas salpicó a las paredes, al fan, al helecho que estaba junto a la puerta. El fan miró su obra, un reguero de carne, sangre y pelos sobre una creciente alfombra de jugo hemático. Recogió el libro, se sacó la nota del bolsillo del pantalón y la tiró junto al cadáver. Miró a los lados, produjo un pañuelo de donde tenía la nota y se limpió la cara, riéndose en voz baja, como el niño que hace una travesura y no puede creer que lo ha hecho.

La policía encontraría la misma escena dos horas después, sin el fan por ninguna parte. Leerían la nota repetidas veces, la someterían a búsqueda de huellas digitales y todos los caminos llevarían a un muro.

Voy por ustedes, Letras A Litros” decía la caligrafía informe en el papel.

6 comentarios:

Victor C. Drax dijo...

Para B. E. Ellis.

G. dijo...

Great, as always.

Debo admitir que al principio odié al Drax mayor, me pareció egocéntrico. Luego, se interesó por el nombre del muchacho y eso lo hizo parecer un poco menos arrogante.

El final me dejó con cara de 'WHAT?', rly. ¿Es idea mía o lo mató su propia creación? Me imaginé una de esas historias donde los personajes salen de los libros buscando venganza. Pobre tú.

Victor C. Drax dijo...

¡Funcionó!

:D

Karim Taisham dijo...

de acuerdo con Gaby. =)

Gabriela Valdivieso dijo...

Jejeje, otra secuela de cómo nos matamos mutuamente!! Excelente el ritmo, V!

"Cómo se siente vivir el terror". Excelente! sin duda le has dado vuelta a tu género, eso quedó fantástico.

Victor C. Drax dijo...

Un poquito de roman à clef, para cambiar las cosas :DDD